tag:blogger.com,1999:blog-46193402095017467262024-03-12T16:12:52.864-07:00Libros de Ciencias Sociales.Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.comBlogger19125tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-75400129970931103462011-08-23T08:39:00.000-07:002011-08-23T09:13:14.666-07:00Libro: "La discriminación positiva en el mundo", Thomas Sowell.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-_3G3oBcyFUs/TlPJDOvt66I/AAAAAAAABoo/_luiDeGe_ZA/s1600/Libro+La+discriminaci%25C3%25B3n+positiva+en+el+mundo%252C+Thomas+Sowell" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" qaa="true" src="http://3.bp.blogspot.com/-_3G3oBcyFUs/TlPJDOvt66I/AAAAAAAABoo/_luiDeGe_ZA/s320/Libro+La+discriminaci%25C3%25B3n+positiva+en+el+mundo%252C+Thomas+Sowell" width="230px" /></a></div><div style="text-align: center;"><strong><span style="color: red; font-size: x-large;">'La discriminación positiva', por Thomas Sowell</span></strong></div><br />
<span style="color: magenta;">Según este politólogo negro, la discriminación positiva ha acarreado males en muchos países, al promocionar minorías inadecuadamente.</span><br />
<br />
Por: <strong><em>Alfonso Carlos Amaritriain</em></strong><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Thomas Sowell es catedrático en la Universidad de Stanford, economista, politólogo, norteamericano y crítico con la famosa “discriminación positiva”. Y para colmo es negro, perdón, afroamericano. La tesis defendida en este libro es que la aparente, bondadosa e ingenua discriminación positiva ha acarreado muchos males en aquellos países que se ha aplicado. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">La discriminación positiva la puso en boga Kennedy en 1961 para garantizar el acceso al trabajo sin discriminación racial, religiosa o de origen. Como un reguero de pólvora la “discriminación positiva se ha ido extendiendo por países y entronizando en legislaciones. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">En muchos países, por ley, actualmente los empresarios están obligados a contratar cuotas de trabajadores de diversas minorías. O bien, se ha aplicado –sobre todo- en el mundo académico, para permitir el acceso a las universidades de los más desfavorecidos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Todo lo que en un principio se presentaba como un acto de justicia, se empieza a demostrar que puede tener consecuencias perversas: “En algunos países –afirma Sowell- la discriminación positiva ha envenenado la relación intergrupal y ha hecho peligrar la estructura de la sociedad”. Ejemplo de ello, al cual Sowell dedica un capítulo extenso, es la India. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Desde que en los años 80 se aprobó una ley de discriminación positiva para los “intocables” (ahora llamados políticamente correctos como castas programadas), la violencia sobre ellos ha ido aumentando. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Así: “Esta escalada de violencia se ha relacionado con la reacción violenta en contra del trato preferente oficial dado a los intocables”. Igualmente, podría explicarse así el incremento en las últimas décadas de las violaciones de mujeres de castas desfavorecidas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">El autor también pone en duda, con estudios sociológicos, que el acceso a la Universidad de ciertas castas haya supuesto una promoción. Muchas veces no acaban los estudios, o ni siquiera los empiezan.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">En Sri Lanka, los intentos de promocionar legalmente minorías, se ha saldado con auténticas matanzas. Los tamiles, minoría desfavorecida, sufrió las consecuencias. Por ejemplo, para ver lo absurdo de las leyes contemplemos el siguiente caso. En 1972 el gobierno obligó a cuotas de acceso a la universidad según la población de cada distrito. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Como la población por distritos se agrupaba étnicamente, en vez de conseguir mayor acceso, los tamiles vieron reducida su proporción de estudiantes universitarios. Pasó del 35% en 1970 al 19% en 1974. La tensión interétnica, prácticamente desconocida, empezó a aflorar. Desde finales de la década de los 70, la zona se ha convertido en un escenario de auténtica guerra civil. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Sowell dedica también un capítulo a Estados Unidos sumamente interesante. Las políticas de discriminación positiva han favorecido –en el fondo- más a las empresas que a las minorías étnicas. Pues algunas empresas se han beneficiado de magníficas subvenciones que no han repercutido en los sueldos de las minorías. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">También se deshace el discurso feminista al comprobar sociológicamente que la promoción de la mujer en Estados Unidos está en relacionada con la maternidad y no con la discriminación. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">A principios del siglo XX las mujeres norteamericanas habían conseguido un lugar destacable en ocupación laboral y sueldos. Sin embargo ello tuvo un coste: el descenso de la natalidad. En los años 50 y 60, en la medida que aumentaban las tasas de natalidad, la mujer se retiraba del mercado del trabajo. Después, la mujer ha vuelto a incorporarse masivamente al trabajo, a costa de nuevo, de la fecundidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Con ello se demuestra que la incorporación de la mujer al trabajo se debe a decisiones vitales y no a políticas de “discriminación positiva”.</span></div><br />
Un libro interesante para lectores interesados en el análisis en serio de la nueva dictadura de la “corrección política”.<br />
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<strong><span style="background-color: white;">Thomas Sowell</span></strong><br />
<strong><span style="background-color: white;">La discriminación positiva en el mundo</span></strong><br />
<strong><span style="background-color: white;">Traducción de Abel Derbito y Mercé Diago</span></strong><br />
<strong><span style="background-color: white;">Gota a gota</span></strong><br />
<strong><span style="background-color: white;">291 páginas</span></strong><br />
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<strong><span style="color: red;">Fuente:</span> <a href="http://www.forumlibertas.com/">Forum Libertas.com</a></strong><br />
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<strong><span style="color: red;">Recomendados:</span></strong><br />
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<a href="http://politicaypolitologia.blogspot.com/2011/08/politicas-de-discriminacion-positiva.html">Políticas de discriminación positiva a favor de las minorías en EE.UU. Reacción de los grupos ultraconservadores (Tea Party).</a><br />
<br />
<div align="left"><a href="http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=1748">Negativa judicial a la "discriminación positiva".</a></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-56963071996489380412011-06-04T08:51:00.000-07:002011-06-04T08:54:45.802-07:00“El itinerario y la brújula”, renovada lectura sobre la figura y la obra del intelectual peruano José Carlos Mariátegui. Autora, Fernanda Beigel.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-_h9l32ajRys/TepTweLknpI/AAAAAAAABmY/uBblD47r2Ok/s1600/Fernanda+Beigel%252C+libro+El+itinerario+y+la+br%25C3%25BAjula%252C+original+mirada+sobre+la+trayectoria+del+intelectual+peruano+Jos%25C3%25A9+Carlos+Mari%25C3%25A1tegui..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-_h9l32ajRys/TepTweLknpI/AAAAAAAABmY/uBblD47r2Ok/s320/Fernanda+Beigel%252C+libro+El+itinerario+y+la+br%25C3%25BAjula%252C+original+mirada+sobre+la+trayectoria+del+intelectual+peruano+Jos%25C3%25A9+Carlos+Mari%25C3%25A1tegui..jpg" t8="true" width="219" /></a></div><br />
<div style="text-align: center;"><strong><span style="color: red; font-size: x-large;">“Estudiar a Mariátegui fue un viaje interno y externo”</span></strong></div><br />
<span style="color: red;">Acaba de publicar “El itinerario y la brújula”, una renovada lectura sobre la figura y la obra del intelectual peruano. Un trabajo suyo obtuvo el primer premio en un importante concurso. </span><br />
<br />
Por: <strong><em>Eva Rodríguez</em></strong><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Fernanda Beigel (33) acaba de publicar “El itinerario y la brújula”, una original mirada sobre la trayectoria del intelectual peruano José Carlos Mariátegui. En esta investigación -que la socióloga realizara como tesis doctoral- el autor de “Siete ensayos para la interpretación de la realidad peruana” es colocado en el ámbito de las vanguardias estético-políticas de los años ’20. En esa particular coyuntura histórica, su proyecto teórico-político es analizado a la luz del arte y la política.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">Pese a su corta edad, Beigel ha transitado una prolífica carrera en el campo de las ciencias sociales. Además de contar con varios libros publicados, es investigadora del Cricyt (Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y dirige un posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Hace pocos días fue distinguida con el Primer Premio (categoría Semisénior) en el Concurso de Ensayos "Los legados teóricos de las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe", organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). Su trabajo “Vida, muerte y resurrección de las Teorías de la Dependencia” fue evaluado por un prestigioso jurado y resultó primero entre otros 24. Ahora se publicará y distribuirá en toda América Latina. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;">-La investigación que llevaste adelante en tu libro implicó que viajaras a varios países en busca de documentación, ¿cómo fue esa experiencia?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">-La experiencia de investigación de la trayectoria de Mariátegui fue, para mí, un verdadero viaje, externo e interno. Para seguir los pasos de la red editorialista que el peruano había construido durante los años veinte, me propuse consultar el Archivo Mariátegui de Lima y todas las publicaciones periódicas peruanas, de provincias y de la capital, con las que su célebre revista Amauta -publicada entre 1926 y 1930- se vinculó. Viajé a Perú dos veces, en 1996 y 1997, para trabajar en el archivo familiar y en las hemerotecas de Lima. En 1998 presenté un proyecto en el Centro Studi "Piero Gobetti" y el Instituto Gramsci di Roma, para hacer una residencia doctoral en Turín y desentrañar las relaciones entre Mariátegui y Gramsci, más precisamente con L'Ordine Nuovo (Primera Serie, 1919-1921), que fue su única vinculación con el dirigente italiano a comienzos de la década del veinte. Dicha residencia incorporó tres ciudades más: Florencia, Roma y Siena, en las que pude consultar archivos y hemerotecas muy valiosas que me permitieron reconstruir los lazos de Mariátegui con el periodismo y el editorialismo europeo de la época. Además, viajé a Madrid para investigar las relaciones de una revista juvenil dirigida por Mariátegui, Nuestra Época (1918), con la célebre revista España (1915-1924), de Ortega y Gasset y Luis Araquistain.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“También fue un viaje interior, porque la vida y la obra de Mariátegui constituyen una verdadera "agonía", como alguna vez dijo Alberto Flores Galindo. Leer a Mariátegui implica contactarse con un intelectual militante que padeció tremendos sufrimientos físicos (a los 30 años tuvieron que amputarle una pierna), y que desde su silla de ruedas reflexionó profundamente sobre su realidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“Murió a los 36 años (en abril de 1930) y dejó una obra monumental, que recién en los años ochenta comenzó a ser recuperada de las acusaciones maniqueístas que lo atacaron, por izquierda y por derecha.”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;">-¿Cómo surge en vos la idea de estudiar a Mariátegui a la luz del contexto de las vanguardias estético-políticas?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">-En realidad fue Arturo Andrés Roig quien me presentó a Mariátegui, de una manera que sólo él puede hacerlo: trayendo a nuestra reunión de trabajo la edición facsímil de la revista Amauta, que había comprado en Lima para la biblioteca del Cricyt. Fue a mediados de 1993 y estábamos discutiendo un proyecto para presentarme como becaria del Conicet bajo su dirección.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“Ingresar a Mariátegui a través de esa revista fue, sin lugar a dudas, la llave de la puerta que me llevó a ocuparme de su proyecto estético-político, porque Amauta fue un punto neurálgico del vanguardismo peruano y continental.”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;">-¿De que modo se articulan en la obra de Mariátegui el cruce entre arte y política?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">-Bueno, si bien existe un pensamiento estético-político que yo he intentado reconstruir en mi investigación doctoral, fundamentalmente se articulan en su praxis. Mariátegui creó su primera editorial en 1924 y las agencias de Amauta empezaron a proliferar por América Latina desde 1926. Para ese entonces, la revista era expresión de un proyecto colectivo que al poco tiempo se acompañaría de un periódico, Labor, y de una organización política, el Partido Socialista Peruano. Todos estos emprendimientos coincidían en señalar que el único camino para cambiar la mirada estética que los vanguardistas pretendían revolucionar se alojaba en una transformación social de mayor envergadura, alimentada por los vientos de la Revolución Rusa, la Revolución Mexicana y la Reforma Universitaria. El indigenismo revolucionario resumía, para Mariátegui, las aspiraciones culturales y políticas de su proyecto.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;">-¿En que reside la importancia del pensamiento de este autor en la actual realidad latinoamericana?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">-Mariátegui constituye un hito, tanto en la historia cultural del continente, como en la tradición política libertaria. Su programa indigenista es discutido al interior del movimiento zapatista mexicano y a nivel académico, dentro de los estudios étnicos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“Su trayectoria ha resultado recientemente de mayor interés a la luz del balance de la caída del Muro de Berlín, pues se trató de un marxista muy alejado del tronco stalinista y más bien ligado a un socialismo creativo, enraizado en un proyecto nacional.”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;">-Acabas de obtener el Primer Premio en un concurso organizado por Clacso, ¿por qué no nos contás de qué se trata este trabajo?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">-Sí, se trata de un ensayo sobre las teorías de la dependencia de los años sesenta y setenta, que expresa mis investigaciones de los últimos años. El estudio del vanguardismo estético-político señaló un conjunto de hilos conductores de la cultura latinoamericana que atraviesan todo el siglo XX: uno de ellos tiene que ver con las relaciones entre dependencia e identidad nacional. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“Las teorías de la dependencia constituyen uno de los más importantes legados de las Ciencias Sociales de la región y su surgimiento es uno de los momentos de mayor expansión del campo intelectual latinoamericano. Por eso me pareció que valía la pena volver sobre ellas y revisar si la categoría de "dependencia" podía constituir, todavía hoy, una herramienta analítica para explicar nuestra realidad. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“Lo primero que considero en este balance es que no hubo ‘una’ teoría de la dependencia, sino que existieron numerosas corrientes e investigaciones que abordaron las relaciones de dominación entre nuestras naciones y los países capitalistas centrales; y que una profunda revisión de todas ellas devela una rica y heterogénea tradición teórica más pertinente que nunca para el examen de nuestra posición periférica en las actuales circunstancias. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;">“En el ensayo de Clacso desarrollo históricamente esta categoría determinando aquellos elementos que pueden apuntar a su renovación crítica e intento explicar por qué la cuestión de la dependencia desapareció de la agenda política durante los noventa y cómo reaparece hoy, a partir de la crisis terminal de las recetas neoliberales y el recrudecimiento de la hegemonía mundial norteamericana. Por eso titulé al ensayo: ‘Vida, muerte y resurrección de las teorías de la dependencia’.”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: magenta;">Itinerario</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: blue;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Fernanda Beigel nació en Buenos Aires en 1970. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">En 1989 ingresó a la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNCuyo) y se graduó con Medalla de Oro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Forma parte del equipo de Historia de las Ideas Latinoamericanas, coordinado por el Dr. Arturo Andrés Roig, en el Incihusa-Cricyt. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Desde 1999 es miembro del Consejo de Árbitros Internacionales de la publicación venezolana Utopía y Praxis Latinoamericana. Revista Internacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social (Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Ha obtenido seis becas de formación en la investigación científica y ha realizado siete viajes de perfeccionamiento a distintos países. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Ha publicado cuatro libros y numerosos artículos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">En agosto de 2001 defendió su Tesis Doctoral en la Carrera de Doctorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNCuyo). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">En mayo de 2003 recibió el Premio “Bernardo Houssay” en la categoría Investigador Joven, disciplina: Sociología y Demografía. Ese mismo año fue becada para participar del VI Fábrica de Idéias organizado por el Centro de Estudos Afro Orientais (Universidade Federal da Bahia, Brasil) y patrocinado por Sephis (Amsterdam, Holanda). </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Actualmente se desempeña como coordinadora académica de la Carrera de Doctorado Personalizado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo y es investigadora del Conicet.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: black;">Recientemente acaba de ser ganadora en un concurso de ensayos organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). El tema de la competencia fue "Los legados teóricos de las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe". Su trabajo se titula: “Vida, muerte y resurrección de las Teorías de la Dependencia". </span></div><br />
<strong><span style="color: red;">Fuente:</span></strong> <a href="http://www.losandesinternet.com.ar/index.asp">Los Andes (Argentina).</a>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-57598795436864370422011-03-19T08:07:00.000-07:002011-03-19T08:25:33.955-07:00Libro "El saber del ciudadano. Las nociones capitales de la democracia", Aurelio Arteta y otros. Nacionalismo, Multiculturalismo y Democracia.<div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-bP2C-H9bePc/TYTKpdd5UHI/AAAAAAAABho/CLvMGwva_CQ/s1600/Libro%252C%2BEl%2Bsaber%2Bdel%2Bciudadano.%2BLas%2Bnociones%2Bcapitales%2Bde%2Bla%2Bdemocracia..jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 298px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5585812251479724146" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/-bP2C-H9bePc/TYTKpdd5UHI/AAAAAAAABho/CLvMGwva_CQ/s400/Libro%252C%2BEl%2Bsaber%2Bdel%2Bciudadano.%2BLas%2Bnociones%2Bcapitales%2Bde%2Bla%2Bdemocracia..jpg" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> El saber del ciudadano<br /></span></strong><br />Por: <strong><em>Juan Avilés.<br /></em></strong><br /><span style="color:#000099;">Idiotas, para los antiguos griegos, eran quienes se desentendían de lo público para preocuparse sólo de lo suyo (idíos en griego). Nos lo recuerda Aurelio Arteta, catedrático de filosofía moral y política en la Universidad del País Vasco, en el primer ensayo de los que integran El saber del ciudadano, una obra destinada a divulgar los conceptos básicos de la democracia y contribuir así a que haya más ciudadanos comprometidos con el bien común… y por tanto menos idiotas (tanto en el sentido griego como en el actual). De los trece ensayos que integran el libro, algunos son de carácter académico, pero otros abordan problemas de gran actualidad, como la relación entre democracia y nacionalismo, de la que trata Luis Rodríguez Abascal, y la cuestión de la tolerancia y el multiculturalismo, de la que se ocupa Aurelio Arteta.<br /><br />Hay muchas variedades de nacionalismo, pues éste tiende a combinarse con otras ideologías, desde el liberalismo hasta el fascismo, pero en todos los movimientos nacionalistas se encuentra sin embargo un núcleo duro, que Abascal identifica con precisión: se trata de la convicción de que la humanidad está dividida en un tipo peculiar de grupos, llámense naciones o pueblos, a quienes corresponde la soberanía de un territorio. A partir de ahí el nacionalismo conduce inevitablemente a dos problemas que afectan a la democracia: el de la exclusión de quienes habitan en un territorio pero no comparten las características ancestrales que supuestamente definen a esa nación, y el del choque entre nacionalismos incompatibles. Su impecable análisis es puramente abstracto, pero de fácil aplicación a casos concretos. Resultan muy esclarecedores sus argumentos respecto a la controvertida cuestión del derecho de autodeterminación de los pueblos, entendido como derecho de secesión. Desde la perspectiva democrática sólo cabe aceptarlo en dos casos: cuando se trata de un territorio en el que los derechos humanos han sido masivamente violados por las autoridades del Estado al que pertenece (Kosovo); y cuando se trata de una separación libremente acordada por las partes implicadas (Chequia y Eslovaquia).<br /><br />Arteta disecciona por su parte la aparente paradoja de la tolerancia, que es una virtud democrática básica, pero resulta falseada cuando conduce a una renuncia a las propias convicciones. Como ejemplo de falsa tolerancia, Arteta alude al multiculturalismo, entendido como la tesis de que las personas deben subordinarse a los valores de su cultura de origen, evitar el debate racional con individuos de otras culturas y renunciar a la búsqueda común de unos valores universales. En último término, tanto el nacionalismo como el multiculturalismo, tal como se definen en este libro, ponen en cuestión el principio fundamental de la democracia: la convicción de que todos los seres humanos son iguales en sus derechos fundamentales y que todos están llamados a participar en el debate público que conduce a la toma de decisiones, sin verse limitados por su lengua, su etnia, su religión o su supuesta adscripción nacional.<br /><br /><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario El Mundo, El Cultural</strong> (España).</span> 21/02/2008.<br /><br /><strong><span style="font-size:130%;color:#990000;">Sinopsis del Libro.<br /><br /></span></strong><span style="color:#993399;">Ante los males sociales o daños públicos, lo habitual es limitar sus dimensiones al mal que se comete y al que se padece. El agresor y su víctima, no hay otros protagonistas. ¿Hará falta tachar esa mirada, además de simplista, de interesada? Así lo cree Aurelio Arteta al ofrecer estas reflexiones que tienen a la sociedad vasca contemporánea como su primera inspiración. A diferencia de los males de naturaleza privada, los públicos no sólo los causan unos pocos y los sufren bastantes, sino que requieren a muchos más que los consientan. Estos son quienes colaboran en aquellos daños mediante su abstención, adquiera ésta la forma de silencio, disimulo o cualquier otra. En realidad, es el modo más abundante de comparecer el mal. Pues cabe esperar que no seamos agentes directos del sufrimiento injusto y más probable resulta que nos toque figurar como sus pacientes. Pero lo seguro es que nos contemos a menudo entre sus espectadores. Y entonces no podrá esquivarse la cuestión de si nuestro conformismo e indiferencia ante los daños que contemplamos nos convierte asimismo en sus cómplices.<br /><br /></span><strong><span style="color:#990000;">***<br /></span></strong><br /></span><span style="color:#993399;">Este libro se propone explicar las cuestiones principales acerca de la democracia: su naturaleza y justificación, su procedimiento de toma de decisiones, las figuras básicas que hoy reviste y algunos de los desafíos que afronta. Al ponerse a esa tarea, sus autores dan por sentado el notable influjo que un mejor saber político de la gente tendría en la cosa pública y su gobierno: pocas empresas hay tan dependientes de la fuerza y claridad de las razones de sus protagonistas como la democrática. Nuestra conducta ciudadana será relativa a nuestra idea de democracia, a lo que creamos que ésta sea, pero no menos a lo que puede y debe llegar a ser. Por ello nadie nace demócrata, sino que más bien se hace. Nadie puede suponer que ya es demócrata, o que no puede serlo más, o que es demócrata en todos sus comportamientos políticos o que -pase lo que pase- no puede dejar de serlo. El buen ciudadano se halla en estado de educación democrática permanente. </span></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-16364366567595023272011-03-09T05:53:00.000-08:002011-03-09T06:02:18.713-08:00Libro: "Qué difícil es ser dios". El Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y el conflicto armado interno en el Perú: 1980-1999. C. I. Degregori.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-aQ4r-qQpTB4/TXeIRvBMvEI/AAAAAAAABgA/bhD5pnnfZYs/s1600/An%25C3%25A1lisis%2BLibro%2BQu%25C3%25A9%2Bdif%25C3%25ADcil%2Bes%2Bser%2Bdios.%2BEl%2BPartido%2BComunista%2Bdel%2BPer%25C3%25BA-Sendero%2BLuminoso%2By%2Bel%2Bconflicto%2Barmado%2Binterno%2Ben%2Bel%2BPer%25C3%25BA%2B1980-1999..jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 127px; DISPLAY: block; HEIGHT: 178px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5582080101409668162" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/-aQ4r-qQpTB4/TXeIRvBMvEI/AAAAAAAABgA/bhD5pnnfZYs/s400/An%25C3%25A1lisis%2BLibro%2BQu%25C3%25A9%2Bdif%25C3%25ADcil%2Bes%2Bser%2Bdios.%2BEl%2BPartido%2BComunista%2Bdel%2BPer%25C3%25BA-Sendero%2BLuminoso%2By%2Bel%2Bconflicto%2Barmado%2Binterno%2Ben%2Bel%2BPer%25C3%25BA%2B1980-1999..jpg" /></a> <strong><span style="font-size:180%;color:#990000;">Qué difícil es ser dios<br /><br /></span></strong>Por: <strong><em>Martín Tanaka</em></strong> (Politólogo)<br /><br /><span style="color:#000099;">Acaba de ser publicado Qué difícil es ser dios. El Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso y el conflicto armado interno en el Perú: 1980-1999, editado por el Instituto de Estudios Peruanos y la Coordinadora Nacional de DDHH, de Carlos Iván Degregori. Se trata de una compilación de textos publicados por el autor entre 1985 y 1996, acompañados de algunos textos inéditos más recientes y de una valiosa introducción, en donde el autor reflexiona sobre el contexto intelectual en el cual esos trabajos fueron producidos. Según Degregori, este libro condensa una etapa intelectual previa a su participación en la Comisión de la Verdad y Reconciliación, cuya experiencia, promete, dará lugar a una nueva reflexión, apenas esbozada en el epílogo de este libro.<br />Degregori se ha convertido en uno de los intelectuales más respetados e influyentes del país, posición que podría hacer que asuma una postura “por encima” de controversias, cayendo en el fácil recurso, tan común en nuestro medio intelectual, de criticar a otros sin mencionarlos, y así “ningunearlos”. Debemos felicitarlo por no caer en ese lamentable defecto: el libro en general y la introducción en particular, tienen un filo polémico que no debería pasar inadvertido. Según el autor, sus trabajos pretenden “politizar” a Sendero Luminoso (no verlo como un fenómeno delincuencial), “peruanizarlo” (no verlo como fruto de influencias extranjeras, ajenas a nuestra historia), “desindianizarlo” (no verlo como proyecto andinista o milenarista, sino como moderno y marxista), “desproletarizarlo” (verlo como un proyecto intelectual basado en la universidad y la escuela, no de trabajadores empobrecidos), y desvincularlo de la izquierda (dejar de verlo como integrado por “compañeros equivocados” y denunciar su carácter totalitario).<br /><br />Ubicado en esas coordenadas, Degregori se enfrenta no solo a la derecha militarista y reaccionaria, también a la izquierda tradicional; polemiza asimismo con los intelectuales que vieron en Sendero Luminoso la expresión de alguna forma de identidad andina o milenarista, y que tendieron a proyectar una imagen “esencialista” de lo andino, negando o limitando la capacidad de acción propia de las comunidades y campesinos. Leer los viejos textos de Degregori hoy muestra lo acertado de sus intuiciones, y cuánto han envejecido visiones alternativas, en su momento muy influyentes, como las de Juan Ossio, Alberto Flores Galindo o Gonzalo Portocarrero, entre otros.<br /><br />¿Cuál es la clave de la lucidez de Degregori? A mi juicio ella reside, como en otros intelectuales, en su capacidad para moverse entre mundos y registros diferentes: entre la academia y el compromiso político, entre el mundo universitario de San Cristóbal de Huamanga y San Marcos con el del IEP y la academia global, entre el norte y el sur. Un ejemplo y una inspiración para las nuevas promociones de científicos sociales.<br /><br /></span><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La República</strong> (Perú).</span> Dom, 20/02/2011. </div><div align="justify"> </div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-7937787560830414462011-01-24T15:22:00.000-08:002011-01-24T15:29:34.970-08:00Libro: “Poder Empresarial y Sociedad Civil en Sudamérica” de Francisco Durand y Humberto Campodónico.<a href="http://2.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TT4Klx2SOpI/AAAAAAAABY8/6ttfyM3j8YE/s1600/Libro%2BPoder%2BEmpresarial%2By%2BSociedad%2BCivil%2Ben%2BSudam%25C3%25A9rica%252C%2Bestudio%2Bexploratorio%2Bde%2BFrancisco%2BDur%25C3%25A1nd%2By%2BHumberto%2BCampod%25C3%25B3nico..jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5565897833628973714" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 281px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TT4Klx2SOpI/AAAAAAAABY8/6ttfyM3j8YE/s400/Libro%2BPoder%2BEmpresarial%2By%2BSociedad%2BCivil%2Ben%2BSudam%25C3%25A9rica%252C%2Bestudio%2Bexploratorio%2Bde%2BFrancisco%2BDur%25C3%25A1nd%2By%2BHumberto%2BCampod%25C3%25B3nico..jpg" border="0" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> Poder empresarial en Sudamérica </span></strong><br /><br />Por: <strong><em>Fernando Romero Bolaños.</em></strong><br /><div align="justify"><br /><span style="color:#000099;">Acaba de ser publicado “Poder Empresarial y Sociedad Civil en Sudamérica” estudio exploratorio de Francisco Durand y Humberto Campodónico, conocidos profesionales interesados en el seguimiento y análisis del desempeño de empresas y grupos de poder económico. Es un estudio basado en fuentes secundarias que realiza un análisis comparativo sobre las características del sector empresarial, y de sus relaciones con el Estado y la sociedad civil en los países sudamericanos la primera década del siglo XXI.<br /><br />Un estudio oportuno en la medida que brinda información útil y de manera sencilla, acerca de la presencia y poder que han venido adquiriendo en la economía y política de nuestros países las multinacionales, los grupos de poder económico nacional (y las empresas multilatinas) y las empresas estatales. Relaciona además el desempeño de las empresas con el tipo de las políticas que los Estados han promovido, agrupándolos según sus grados de apertura hacia el sector privado como conservadores, socialdemócratas o radicales. Clasificación que es utilizada con flexibilidad para evitar perder de vista las ambigüedades y las zonas grises de las políticas estatales.<br /><br />El estudio es más interesante aún debido a que incorpora el análisis de las prácticas gremiales empresariales, sus estrategias de influencia hacia los Estados y la manera como abordan las relaciones con la sociedad civil desde la perspectiva de la RSE. Resaltamos la mirada crítica de los autores sobre esto último que concluyen que en realidad “…la RSE resuelve el problema de la empresa, no el social, que es mayor, más amplio y multidimensional.”<br /><br />El tema de la RSE nos introduce al papel que ha cumplido la sociedad civil. Luego de un período en el que las empresas han “corrido solas”, desde inicios de este siglo la actuación de las organizaciones de la sociedad civil ha buscado convertirse en un factor de contrapeso y hacer visibles otros intereses y otras voces, colaborando a la configuración de un escenario distinto. La modificación del escenario ha sido mayor en los países en los que han confluido las organizaciones sociales tradicionales y los nuevos movimientos sociales que reivindican derechos indígenas, de género y de atención al ambiente.<br /><br />Sin embargo, los autores sostienen que entre las organizaciones de sociedad civil “no es frecuente que tengan una posición explícita sobre el poder empresarial, aspecto en el que hay ambigüedad o falta de precisión”.<br /><br />Al respecto proponen que es necesario realizar estudios, por ejemplo, sobre los patrones de relación entre empresa y consumidor, empresa y trabajador, y empresa y proveedor; sobre el rol de las corporaciones en la Amazonía, en el sector agronegocios y en la infraestructura.<br /><br />Mayor conocimiento para que la sociedad civil esté mejor informada y tenga un análisis más preciso del papel del sector privado que permita formular propuestas sobre su rol y sus relaciones con el Estado y los ciudadanos.<br /><br /></span><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La Primera</strong> (Perú).</span> 24 de enero del 2011.</div><div align="justify"></div><div align="justify"><strong><span style="color:#ffffff;">.</span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="color:#990000;">Descargar libro:</span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="color:#ffffff;">. </span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></div><div align="justify"><a href="http://www.desco.org.pe/apc-aa-files/d38fb34df77ec8a36839f7aad10def69/Poder_empresarial_VF.pdf">Libro: “Poder Empresarial y Sociedad Civil en Sudamérica” de Francisco Durand y Humberto Campodónico.</a> </div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-63207869135542703262010-11-27T07:34:00.000-08:002010-11-27T07:42:42.445-08:00Libro Soldados de la República. Guerra, Correspondencia y Memoria en el Perú (1830-1844).<div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TPEmrf04aFI/AAAAAAAABMw/GsijE63aKak/s1600/An%25C3%25A1lisis%2Bdel%2Blibro%2BSoldados%2Bde%2Bla%2BRep%25C3%25BAblica.%2BGuerra%252C%2BCorrespondencia%2By%2BMemoria%2Ben%2Bel%2BPer%25C3%25BA%2B%25281830-1844%2529.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5544255144989321298" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 222px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TPEmrf04aFI/AAAAAAAABMw/GsijE63aKak/s320/An%25C3%25A1lisis%2Bdel%2Blibro%2BSoldados%2Bde%2Bla%2BRep%25C3%25BAblica.%2BGuerra%252C%2BCorrespondencia%2By%2BMemoria%2Ben%2Bel%2BPer%25C3%25BA%2B%25281830-1844%2529.jpg" border="0" /></a> <strong><span style="font-size:180%;color:#990000;">Soldados de la República<br /><br /></span></strong>Por: <strong><em>Alberto Adrianzén</em></strong> (Sociólogo)<br /><br /><span style="color:#000099;">Gracias al Fondo Editorial del Congreso y al Instituto Riva Agüero de la PUCP, hace unas semanas salió publicado el libro: Soldados de la República. Guerra, Correspondencia y Memoria en el Perú (1830-1844), cuyos autores son los historiadores Carmen Mc Evoy y José Luis Rénique. El libro (dos tomos) da cuenta de la correspondencia de los principales militares en los primeros años de la república: Agustín Gamarra, José de Orbegoso, Andrés Santa Cruz, Domingo Nieto, Ramón Castilla, así como de las cartas de diversos personajes civiles y militares tanto a Orbegoso como a Nieto. El trabajo de Mc Evoy y Rénique es muy importante porque permite conocer lo que pensaban estos personajes y porque representa un nuevo enfoque sobre ese periodo de nuestra historia, más conocido como los años de la anarquía.<br /><br />Basadre en su libro Perú: problema y posibilidad cuando se refiere a esa época nos habla de pronunciamientos, de actas o documentos, de proclamas o comunicados de los caudillos o jefes, de partes o relatos oficiales sobre el curso y resultados de los combates y batallas (p. 24, Biblioteca Ayacucho), pero nada nos dice de esas cartas. Por eso la primera novedad que contiene este libro son las cartas mismas que dan luz no solo sobre la complejidad de esos años sino también sobre los personajes.<br /><br />La otra novedad, es el nuevo enfoque que plantea Carmen Mc Evoy en el Estudio Preliminar, que supone la superación de una visión que nos dice que ese periodo fue, digamos, pura anarquía: “si bien ya no es posible afirmar –como lo hizo en su momento Francisco García Calderón– que los años que sucedieron a la independencia carecen de una historia estructurada, todavía seguimos atrapados en una trampa conceptual llamada Anarquía” (p.36), para añadir luego: “sostengo que para clarificar la dinámica interna de esa nebulosa denominada anarquía es necesario analizar el proceso mediante el cual los militares fueron incorporados a la tradición republicana y cómo dicha inclusión modela su universo mental y accionar político (pp.38-39).<br /><br />Para Mc Evoy esos años no fueron pura anarquía sino más bien una etapa de lucha, de política intensa y de búsqueda por crear el Estado peruano. No estamos frente a simples caudillos militares ambiciosos y sin idea políticas, sino frente a militares que buscaban, muchos de ellos imbuidos de un espíritu republicano, construir el Estado y poner fin, incluso, a lo que podemos llamar el “militarismo”. En realidad, casi todos ellos, finalmente, buscaban construir una patria. Ello no implica desconocer el caudillismo militar (comprensible luego de varios años de luchas y guerras por la independencia) sino más bien reconocer que hay que ir más allá de ese mismo caudillismo y de la trampa conceptual llamada anarquía.<br /><br />Lo que nos plantea Mc Evoy es que el Estado peruano se construyó en medio y gracias a las guerras de esos años. Dicho de otra manera: la violencia –como ha sucedido en otros países– es la manera en que se constituyen los Estados. En este contexto la trampa conceptual llamada anarquía es tal en la medida que nos conduce, por contraposición a la idea de anarquía, a pensar que es posible construir un Estado sin conflictos y sin violencia, es decir, sin política. Es la famosa “promesa de la vida peruana” que al rechazar ese periodo por “anárquico” y “negativo”, termina por excluir –y esto no es una apología– a la violencia y a los conflictos en el proceso de constitución del Estado peruano y como parte (y partera) de nuestra historia republicana.<br /><br />Un último punto: las cartas publicadas en estos dos volúmenes no están en el Perú sino que permanecen en Chile o, mejor dicho, están secuestradas en Chile. Son parte del botín de guerra que se llevaron luego de la ocupación. Su devolución –así de como todo lo secuestrado– es impostergable ya que supone terminar de recuperar nuestra historia. Por eso y por muchas otras razones el libro de Carmen Mc Evoy y José Luis Rénique es un aporte francamente extraordinario.<br /><br /></span>(*) albertoadrianzen.lamula.com<br /><br /><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La República</strong> (Perú).</span> Sáb, 27/11/2010.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Recomendado:<br /><br /></span></strong><a href="http://purolibros.historiaglobalonline.com/2010/07/soldados-de-la-republica-guerra-correspondencia-y-memoria-en-el-peru-1830-1844/">Historia global on line: Soldados de la República. Guerra, Correspondencia y Memoria en el Perú (1830-1844). </a></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-64621702672214219002010-08-08T10:06:00.000-07:002010-08-08T10:12:53.042-07:00Libro: “Tras una lengua de papel” del lingüista Carlos Garatea Grau.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TF7k66AkhrI/AAAAAAAAA6I/aqhbIosohAQ/s1600/construcci%C3%B3n+del+espa%C3%B1ol+andino.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5503087495348520626" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 284px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TF7k66AkhrI/AAAAAAAAA6I/aqhbIosohAQ/s400/construcci%C3%B3n+del+espa%C3%B1ol+andino.jpg" border="0" /></a><span style="color:#990000;"><strong> <span style="font-size:180%;">“Nuestra lengua proviene del desorden y el conflicto”</span></strong><span style="font-size:180%;"> </span></span><br /><br /><span style="color:#990000;">Carlos Garatea Grau es un lingüista que ha profundizado en la historia del idioma español en el Perú. Su reciente libro “Tras una lengua de papel” es el resultado de seis años de investigación sobre el choque de culturas que ocurrió durante la conquista. Con estudios en la Universidad Católica, el Colegio de México y la Universidad de Múnich, Garatea Grau señala en su investigación la complejidad lingüística y cultural del idioma que arribó a estas tierras y el mestizaje producido en el contacto con las lenguas indígenas.</span><br /><br />Por: <strong><em>María Isabel Gonzales<br /></em></strong><br /><span style="color:#990000;">¿Qué aportes trajo el español a nuestro territorio al llegar con la conquista?<br /></span><br /><span style="color:#000099;">–Como lengua, el español llevaba también una historia propia que se integró a la nuestra. Cuando hablamos de español no hablamos de una lengua que tenga un único eje normativo ni un solo propietario, sino que hablamos de diversidad, que está mucho más allá de un espacio territorial o un período de tiempo. Con la llegada del español llegó también la historia de una cultura, de la Edad Media, del Renacimiento, de Cervantes, de Góngora, todo bajo una sola etiqueta.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Cómo eran los primeros expedicionarios que llegaron al Perú y qué tipo de español hablaban?<br /></span><br />–Había de todos los tipos. Durante mucho tiempo se dijo que aquí a América llegó gente poco ilustrada, analfabeta, malhechores, gente pobre. En parte era cierto, pero con ellos también llegaron sacerdotes, notarios y gente que luego llegó a cargos tan altos como virrey. Es un mito eso de que nuestro español es menor o de menos calidad, pero aún se arrastran los prejuicios con nuestra lengua porque hay quienes buscan el español correcto o español puro. Ese es un debate que aún no termina porque buscamos las formas correctas afuera y no dentro de nuestra propia habla. Otro mito es que los expedicionarios eran solo andaluces y tampoco fue así: venían de distintas partes de España. Si bien es cierto que los andaluces se caracterizaban por el seseo y algunas conjunciones, no se puede hacer una caracterización rígida. Muchos llegaron después de expediciones por el Caribe y trajeron palabras de esas tierras que luego se hicieron parte del español.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Cómo se dio el proceso de aprendizaje del español en los pueblos indígenas?</span><br /><br />–Aunque los españoles llegaron con el único objetivo de obtener riquezas a toda costa y no de entablar comunicación se vieron obligados a impartir la enseñanza del español porque el Rey así lo dispuso. Pero tal como sucede hoy en día, muy a pesar de que era una política para todas las poblaciones americanas, lo que dice la ley no necesariamente se cumple. Las escuelas formales fueron poquísimas y tardías en el Perú (siglo XVII), por eso uno de los primeros niveles fue la exposición oral, los indígenas aprendían de oído. Ya cuando se dio la enseñanza formal quienes impartieron la educación fueron los sacerdotes con un único propósito doctrinario. Es decir, la lengua no fue más que un medio para alcanzar la evangelización y también para lograr las riquezas que fueron descubriendo en nuestro territorio.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Hubo resistencia de los pueblos conquistados al español?<br /></span><br />–El nivel de asimilación fue mayor en la costa que en los Andes y se debe a dos factores: el primero fue geográfico y el segundo de resistencia cultural. Si hoy con todas las facilidades que existen el desplazamiento sigue siendo difícil en la sierra, en aquella época era peor. En la costa la propagación del idioma español fue más rápido por las facilidades de acceso que tenían los conquistadores. Pero al fin y al cabo lo que nos muestra el español tras seis siglos de confluencia entre lenguas es que somos un país mestizo, multilingüe, con una lengua de origen importado pero de la que hemos sabido apropiarnos y que convive con las andinas y amazónicas.<br /><br /><span style="color:#990000;">–En su libro usted cuenta que aún en la etapa formal de la enseñanza había discriminación en las escuelas<br /></span><br />–Si bien habían colegios para enseñar a leer y a escribir a los hijos de curacas y caciques, estos abandonaron lentamente estos propósitos porque las plazas eran ocupadas por los hijos de españoles notables que veían en estos lugares el sitio ideal para educar a sus propios hijos. Entonces ocurrió que la población indígena fue desplazada lentamente aun cuando la ley dijera una cosa distinta. Incluso encontré el caso de un cacique –en el libro de un colega mío– que envió una carta al director de uno de estos colegios diciéndole que no se olvide cumplir con la labor que tenían encomendada de darle formación a sus hijos porque de lo contrario los iba a retirar del colegio.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Qué aportes hemos dado como pueblo al español?</span><br /><br />–Hay muchos términos que por la documentación oficial de la época se ha determinado que son aportes propios del Perú, pero la Real Academia no los reconoce. Por ejemplo “papa” es un término quechua y aún existe cierta resistencia para reconocerlo como nuestro. No tengo idea de por qué. Pero lo que yo creo es que el español hoy debe aceptarse por ser diverso. No hay que andar fijando de donde viene cada palabra. Basta con decir que chicha y cacique vienen del Caribe y aún así son parte de nuestra identidad. Cómo asimilar una lengua será siempre un problema de educación, cuál es el español que se enseña en las escuelas y cuál se debería enseñar. No a todos nos enseñan igual. Lo que podemos decir es que cuando se habla del uso del español en los Andes, hablamos de un español andino que consiste en la recurrencia de modos de español usados en esta parte de América. Con algunas particularidades pero que comparten rasgos generales.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Para su investigación usted recurrió a documentos oficiales de la época, ¿qué fue lo que más llamó su atención?<br /></span><br />–Titulé el libro “Tras una lengua de papel” porque busqué la evidencia del choque de las lenguas en las fuentes escritas, que eran redactadas por curacas, caciques e indígenas de la época bajo el modelo español aprendido en la escuela. Entonces venía el problema de cómo reconocer ahí qué era lo andino. Había que ir más allá y fijarse en el contexto que se vivía, el de los conquistados. Por ejemplo, el caso que desató toda esta investigación lo encontré mientras leía unos documentos notariales en los que un curaca usaba unas palabras sacadas de un texto español. Entonces había un problema de originalidad que resolver. ¿Qué tan andino es el español andino? Primero hay que aceptar que nuestra lengua no es una lengua aislada, sino una proveniente del desorden, de la variación, de los conflictos, de la desigualdad. Hay parte de la historia que se perdió para siempre, pero hay otra que prevalece y que nos deja con una sola certeza: la de un encuentro cultural que desató nuestra historia.<br /></span><br /><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La República</strong>, suplemento "Domingo".</span> 08 de agosto del 2010.</div><div align="justify"></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-70759290623366681982010-08-08T09:48:00.000-07:002010-08-08T09:54:24.849-07:00Libro “Recuerdos de una guerra. Fotografías, ilustraciones y correspondencia personal en torno a la Guerra del Pacífico”. Renzo Babilonia Fernández B.<div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TF7g6ZOz0hI/AAAAAAAAA6A/XcGZ5zkwyHY/s1600/capit%C3%A1n+Ezequiel+Otoya+y+el+arma+secreta+Toro+Submarino,+prototipo+de+un+sumergible+dise%C3%B1ado+por+el+ingeniero+dan%C3%A9s+Federico+Blume.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5503083088503362066" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 258px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/TF7g6ZOz0hI/AAAAAAAAA6A/XcGZ5zkwyHY/s320/capit%C3%A1n+Ezequiel+Otoya+y+el+arma+secreta+Toro+Submarino,+prototipo+de+un+sumergible+dise%C3%B1ado+por+el+ingeniero+dan%C3%A9s+Federico+Blume.jpg" border="0" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> La guerra y la memoria<br /></span></strong><br />Por: <strong><em>Camilo Torres</em></strong><br /><br /><span style="color:#000099;">Hoy domingo en la Feria Internacional del Libro se presenta un volumen con imágenes y voces del pasado rescatadas por el fotógrafo profesional e historiador autodidacta Renzo Babilonia Fernández Baca. Fotos, grabados, carboncillos, cartas y otros documentos forman “Recuerdos de una guerra. Fotografías, ilustraciones y correspondencia personal en torno a la Guerra del Pacífico”, obra dividida en dos partes: una dedicada a las representaciones públicas y otra a los testimonios privados. “No es un libro antichileno”, declara Renzo. “En las imágenes que aquí ofrecemos, publicadas en los años siguientes a la guerra, podemos apreciar distintas visiones de un mismo hecho, como la respuesta de Bolognesi, la muerte de Alfonso Ugarte y el fusilamiento de Leoncio Prado”.<br /><br /></span><span style="color:#990000;"><strong>Desde lo cotidiano</strong></span></div><div align="justify"><span style="color:#000099;"><br />Las ilustraciones reproducidas en la primera parte del libro aparecieron originalmente entre 1894 y 1930, es decir, durante el período en el que se formó el recuerdo que el Perú tiene de la guerra, la derrota y la reconstrucción de la nación. Historiadores y científicos sociales, estudiosos de la comunicación y el público en general agradecerán esta recopilación de imágenes y textos en la que apreciamos cómo se definió la memoria que hoy tenemos de un período tan importante de nuestra historia.<br /><br />La segunda parte del libro propone un recuento del mismo acontecimiento pero desde un ángulo completamente distinto: a través de los testimonios de la intimidad de sus protagonistas. Resulta fascinante, por ejemplo, leer correspondencia privada que solo hoy sale a luz y que pone de manifiesto la dimensión humana de los hombres que son símbolos nacionales y a quienes por lo general solo vemos en el marco del discurso oficial.<br /><br /></span><span style="color:#990000;"><strong>Las cartas de Grau</strong></span></div><div align="justify"><span style="color:#000099;"><br />Entre este rico material destacan doce cartas que Miguel Grau le envió a su cercano amigo el capitán Ezequiel Otoya y que la familia Wiese Otoya cuidó a lo largo de cinco generaciones. En ellas apreciamos rasgos de la persona que las versiones tradicionales no alcanzan a transmitir: su amor por su familia, la amistad forjada en el calor de la batalla, la cortesía y el cariño que se muestran en detalles domésticos, como el envío de dos barriletes de aceitunas o la noticia de que su esposa, Dolores, “desembarazó sin novedad, antes de ayer a las tres de la tarde, dando a luz otro varoncito”. También leemos de puño y letra del almirante sus discrepancias con la forma en que se conduce la guerra y sus diferencias con colegas como el capitán de La Unión, Aurelio García y García, y lo escuchamos deplorar la tarea de intrigantes y envidiosos.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">La última carta</span></strong> </span></div><span style="color:#000099;"><div align="justify"><br />Sin duda el documento más dramático es la última carta de Grau, con fecha del 28 de setiembre de 1879. En ella le confía a Otoya su desaprobación de la estrategia peruana: “Todavía ignoramos cuál será el nuevo plan de campaña que adopte Chile con toda su escuadra ya reparada. Hasta que no se conozca algo de esto, no me parece prudente iniciar con este buque una nueva excursión”. Esta lucidez premonitoria, propia de una tragedia griega, no impidió que el Caballero de los Mares marchara hacia el sur, hacia Angamos y la apoteosis. “Grau es el único héroe a quien admiramos más después de leer sus cartas privadas”, afirma Renzo Babilonia. El destinatario de esta carta es el capitán Ezequiel Otoya, “un héroe olvidado”, en opinión del investigador.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">El amigo valiente</span></strong></div><div align="justify"><br />Amigo íntimo de Grau y, al inicio de la guerra, segundo al mando del Huáscar, Otoya fue designado a otro puesto de servicio y entre sus documentos se encuentra una carta que Melitón Carvajal le envió luego de la jornada del 8 de octubre. En otra carta, notable por su dramatismo, el capitán Otoya le cuenta a su esposa Rosa una incursión en la que el monitor derrota a la nave chilena Matías Cousiño y se enfrenta a una corbeta enemiga con la que se bate “tanto a cañón como a tiros de rifle”. “Ya te puedes figurar”, le escribe Otoya a su esposa, “la empresa tan atrevida de nuestra expedición”. Más tarde a este marino se le encargó una misión muy singular: en 1879 supervisó en Paita las pruebas de un arma secreta llamada “Toro Submarino”, prototipo de un sumergible diseñado por el ingeniero danés Federico Blume y que pudo haber cambiado el curso de la historia. El capitán Ezequiel Otoya murió en 1882 durante la ocupación de Lima.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">El autor y sus obras</span></strong> </div><div align="justify"><br />Renzo Babilonia es fotógrafo de profesión, pero su interés en la historia de las imágenes y su uso como instrumentos para diseñar una identidad nacional lo han llevado a la investigación de archivos, manuscritos, hipótesis y testimonios. “La guerra de nuestra memoria. Crónica ilustrada de la Guerra del Pacífico (1879-1884)”, su primer libro.<br /><br />Junto con los héroes reconocidos y los olvidados por la historia, Babilonia quiere rendir homenaje a otros personajes importantes en la preservación de nuestra memoria: aquellos que han cuidado el patrimonio histórico y hoy permiten su divulgación, como las familias Vizcardo Wiese y Wiese Otoya, propietarias de los manuscritos, y la señora Rochi Lasarte y el señor Rubén Mansilla. </span><br /><br /><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario El Comercio</strong>, suplemento "El Dominical".</span> 1 de Agosto del 2010.<br /></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-41504027851948022442010-04-14T17:49:00.000-07:002010-04-17T17:42:06.757-07:00Libro: Armas de persuasión masiva. Retórica y ritual en la Guerra del Pacífico. Carmen Mc Evoy.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S8ZjSzEsZiI/AAAAAAAAAoU/kxvcP9YRJzE/s1600/Libro+Armas+de+persuasi%C3%B3n+masiva.+Ret%C3%B3rica+y+ritual+en+la+Guerra+del+Pac%C3%ADfico"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 230px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460160772831995426" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S8ZjSzEsZiI/AAAAAAAAAoU/kxvcP9YRJzE/s320/Libro+Armas+de+persuasi%C3%B3n+masiva.+Ret%C3%B3rica+y+ritual+en+la+Guerra+del+Pac%C3%ADfico" /></a> <strong><span style="font-size:180%;color:#990000;">Mc Evoy y la construcción nacionalista</span></strong><br /><br />Por: <strong><em>Martín Tanaka</em></strong> (Politólogo)<br /><br /><span style="color:#000099;">Esta semana se presentó el último libro de la historiadora Carmen Mc Evoy, Armas de persuasión masiva. Retórica y ritual en la Guerra del Pacífico (Santiago, CIP, 2010), que compila discursos eclesiásticos, políticos y militares de personajes chilenos que muestran, como argumenta la autora en su valioso estudio preliminar, de qué manera se construyó el discurso nacionalista en Chile, aprovechando la victoria en la Guerra del Pacífico.<br /><br />Chile tenía que desarrollar un discurso que justificara la invasión, ocupación y conquista de territorios ajenos, y que al mismo tiempo aprovechara el entusiasmo por el triunfo. Así, Perú habría actuado de manera desagradecida frente el apoyo chileno en las guerras de independencia y la de 1866, y con perfidia al aliarse secretamente con Bolivia. El que Chile hubiera vencido a dos países, incursionando en territorios agrestes y desconocidos, sería muestra de su superioridad como nación; seríamos un país decadente, marcado por la corrupción, la debilidad, el salvajismo, por lo que la incursión chilena asumía un carácter civilizatorio, bendecido por la voluntad divina.<br /><br />El libro demuestra cómo funcionan los artificiosos mecanismos de construcción de identidades nacionales; en realidad, Chile distaba de ser el país que esos discursos querían proyectar. Chile vivió importantes guerras civiles en los años posteriores a su independencia, en 1851, y después de la guerra, en 1891. Más todavía, durante la guerra, diversos levantamientos de la población mapuche eran aplastados a sangre y fuego. Si bien Chile avanzó relativamente más que otros países en cuanto a consolidación estatal, lo hizo sobre la base de un modelo elitista, autoritario, excluyente. De allí que al inicio de la guerra hubiera preocupación por la lealtad de los “rotos” ante un ejército comandado por “aristócratas”, “pelucones”.<br /><br />Lo curioso es que, del lado peruano, no encontramos narrativas nacionalistas exitosas que cuestionaran la construcción chilena, sino discursos fuertemente críticos, desde González Prada hasta nuestros días, que por el contrario parecen confirmarlo. Desde este ángulo perdimos la guerra por no tener clase dirigente, por estar divididos, por nuestro fracaso en la construcción de un Estado-nacional. Así, paradójicamente, la exaltación nacionalista chilena se acopló perfectamente con una narrativa derrotista de nuestro lado: en efecto, habríamos perdido porque no teníamos lo que Chile sí tenía.<br /><br />Así, el libro de Mc Evoy no solo es pertinente para desmontar la ideología nacionalista chilena, también para cuestionar elementos en nuestra historiografía que pasan por alto importantes logros y esfuerzos de construcción estatal y nacional en el siglo XIX. En tanto asumamos que ni los chilenos eran tan superiores, ni nosotros tan inferiores, podremos encontrar un punto en el que podamos relacionarnos sin complejos como lo que somos: iguales.</span><br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente: Diario La República.</span></strong> Dom, 28/03/2010.</div><div align="justify"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><strong><span style="color:#990000;">Recomendados:</span></strong></div><div align="justify"> </div><div align="justify"><a href="http://historiaglobalonline.com/2010/03/religion-y-nacionalismo-en-la-guerra-del-pacifico/">Religión y nacionalismo en la Guerra del Pacífico.</a></div><div align="justify"> </div><div align="justify"><a href="http://clioperu.blogspot.com/2010/03/discurso-chileno-durante-la-guerra-del.html">Discurso chileno durante la Guerra del Pacífico.</a></div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-42573186530582824832010-04-10T17:51:00.000-07:002010-04-10T18:05:36.444-07:00¿Quién soy y... cuántos? - Un viaje filosófico. Richard David Precht.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S8Ee4sKWL_I/AAAAAAAAAoE/oHBvZ7o7rOw/s1600/Libro+de+Filosof%C3%ADa+Richard+David+Precht.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 214px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5458678182625816562" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S8Ee4sKWL_I/AAAAAAAAAoE/oHBvZ7o7rOw/s320/Libro+de+Filosof%C3%ADa+Richard+David+Precht.jpg" /></a> <strong><span style="font-size:180%;color:#990000;">La gravedad del yo</span></strong><br /><br /><span style="color:#990000;">Richard David Precht ha escrito el libro de filosofía de mayor éxito de Alemania. El bestseller “Wer bin ich - und wenn ja, wie viele” ya ha sido traducido a 16 idiomas.<br /></span><br /><em>Por:<strong> Erna Lackner</strong></em><br /><br /><span style="color:#000099;">Cuando alguien puede narrar un largo viaje con un equipaje pesado con tanta facilidad y ligereza y al mismo tiempo con tantas facetas como lo hace Richard David Precht, es un verdadero placer. Y un logro que se ve recompensado con, hasta ahora, 700.000 lectores en 16 idiomas. Un bestseller alemán de una materia que no invita de antemano a ensoñaciones: la filosofía. Pero con Precht como guía de viaje se puede dar una estimulante vuelta al mundo incluso con mercancía kantiana o wittgensteiniana. Tiene un don para popularizar la filosofía y servirla de forma sucinta, pero sustanciosa, para que le guste también a lectores cuyo trabajo no se desarrolla en la torre de marfil de la filosofía, pero que de vez en cuando se preguntan de dónde vienen, a dónde van y qué sentido tiene todo esto.<br /><br />Para ellos, Richard David Precht, nacido en 1964, ha encontrado un título que parece un sinsentido, pero también misteriosamente inteligente: “Wer bin ich – und wenn ja, wie viele?” (Quién soy yo – y en caso de que sí, ¿cuántos?) Es la frase nocturna de un amigo afónico, revela el autor, a quien le gusta intercalar anécdotas y vivencias agradables.<br /><br />Ya se trate de una extraña poesía o más bien de un título elaborado con instinto para un superventas, éste podría suponer también un handicap. Los compradores de libros que ignoran por principio este tipo de títulos de autoayuda pueden sencillamente haber pasado por alto que tras la humorística portada se esconde una competente narración con preguntas filosóficas, cuyo atractivo consiste en que las respuestas de Descartes, Rousseau, Nietzsche, Sigmund Freud y compañía son adaptadas al estado de las ciencias actuales. Sobre todo a la ­investigación cerebral, en la que Precht ­recala fascinado una y otra vez, para al final preferir seguir siendo kantiano.<br /><br />El libro no es sólo un veloz viaje en el tiempo, sino también un bosquejo fácil de ­entender de la investigación cerebral, desde sus curiosos comienzos hasta los últimos estudios, con “emocionantes impulsos” y ecos de aquella arrogancia con la que los “investigadores cerebrales creen que su ­investigación deja sin trabajo a la filosofía y quizás también a la psicología”. Precht sabe poner de manifiesto este tipo de controversias, que dejan claras las luchas de rango en nuestra era neurobiológica, por ejemplo entre freudianos e investigadores cerebrales, que “quieren tachar el yo”. Y él muestra el gran bosque, que con tanto ­árbol apenas se puede abarcar con la vista. En sus propias palabras, es una “ayu­da para orientarse en la espesura de las ­ciencias”.<br /><br />Con “Wer bin ich – und wenn ja, wie viele?”, Precht se ha adentrado en una vereda de tres partes con las preguntas básicas de Kant: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar? En el primer capítulo, ilustra, con ayudas iniciales como la canción de John Lennon “Lucy in the Sky with Diamonds“, los requisitos previos del pensamiento. Cómo pudo empezar todo con los animales humanos hace millones de años, cuando el tamaño del cerebro se triplicó bruscamente.<br /><br />La precaria frontera entre humanos y animales es un tema central que también trata en la segunda parte sobre la ética, el área clásica de la filosofía: ¿Es el ser humano un animal moral? ¿Debemos comer animales? ¿Cómo deberíamos tratar a los antropoides? Para incitar la reflexión, Precht ilustra a veces un escenario de terror en el que el hombre no es el rey de la creación, sino también meramente material animal.<br /><br />De nuevo con Kant y, esta vez, con el utilitarista Jeremy Bentham profundiza en cuestiones bioéticas que hacen tambalear los fundamentos cristianos y que hace tiempo que conmocionan la jurisprudencia y la medicina. Los investigadores cerebrales especialmente se han “hecho en cierta medida con el poder de interpretar”, opinaba hace poco Precht en una entrevista para la revista “Stern”. Pero las ciencias y las letras debían volver a ir de la mano cuando se trate de los seres humanos. La filosofía no debe limitarse a “la restauración de construcciones antiguas en el ámbito intelectual”, sino que tiene que ocuparse de las preguntas actuales: “La filosofía sin las ciencias naturales está vacía, y las ciencias naturales sin la filosofía están ­ciegas”.<br /><br />Richard David Precht establece diversas uniones transversales, no sólo entre las islas de las diferentes ciencias. En su “viaje filosófico”, entrecruza una y otra vez los términos antagónicos razón y sentimiento. ¿Quién rige el mundo? ¿Sigue teniendo ­vigencia el imperativo categórico de Kant sobre el ser bueno? ¿Y qué está hoy en boga? La razón es sólo un lacayo de la voluntad, opinaba Schopenhauer. ¿Quién está al mando en el cerebro? ¿Tiene el yo sólo una base material? ¿Es sólo el producto de neuronas, sustancias transmisoras, hormonas? ¿Qué ocurre en el compartimento superior del cerebro? Precht tiene que volver a recurrir al taller de los investigadores cerebrales, al lóbulo frontal y a las neuronas espejo, pero el sabe hablar sobre ciencia como un escritor de novelas de suspenso. Con competencia y precisión, pero también con valor para comprimir, omitir y con vivaces entramados, así como con un lenguaje coloquial consigue un estilo elegante y atractivo. Hoy ya no tiene ningún sentido, dice Precht, escribir como Kant, que se basaba en la gramática latina escolar, o como Hegel, “un pésimo estilista”, “Hegel realmente no sabía escribir, ése es uno de los motivos por los que sus textos son tan difíciles”. Su propia disertación sobre “la deslizante lógica del alma en Robert Musil” es un “rollo pomposo”, reconoce Precht, pero él afortunadamente dice ­haberse liberado de la complejidad y de la jerga inculcadas en la universidad.<br /><br />Y ¿qué pueden esperar los seres humanos? La tercera parte del “viaje filosófico” trata sobre Dios, la libertad y la propiedad, la justicia, la felicidad y el amor de la mano de Anselmo de Canterbury, Husserl y Sartre, Luhmann y Epicuro. Terminado esto, Precht –que vive con su mujer, la periodista de televisión luxemburguesa Caroline Mart, y un total de cuatro hijos– ya ha pasado al siguiente libro que se publicará en marzo de 2009: “Liebe. Ein unordentliches Gefühl” (El amor. Un sentimiento desordenado). Un recorrido de obstáculos que también podría convertirse fácilmente en uno de los más vendidos.<br /></span><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente:</span></strong> <a href="http://www.magazine-deutschland.de/es">http://www.magazine-deutschland.de/es</a></div><div align="justify"><br /><strong><span style="color:#990000;">Recomendado:</span></strong> <a href="http://www.elpais.com/articulo/portada/vuelta/mundo/filosofica/elpepuculbab/20100410elpbabpor_16/Tes">"¿Quién soy yo y en tal caso cuántos?". (En caso de que sea o sea alguien).</a></div><div align="justify"></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-11548450977791512312010-04-02T18:16:00.000-07:002010-04-02T18:25:56.177-07:00Libro ¿Qué es la Democracia? de Giovanni Sartori.<div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S7aX1py6NsI/AAAAAAAAAnU/DIzc5azthTQ/s1600/Libro+Qu%C3%A9+es+la+democracia+de+Giovanni+Sartori.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 195px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5455714946614179522" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S7aX1py6NsI/AAAAAAAAAnU/DIzc5azthTQ/s320/Libro+Qu%C3%A9+es+la+democracia+de+Giovanni+Sartori.jpg" /></a><strong><span style="font-size:180%;"> <span style="color:#990000;">Teoría de la Democracia<br /></span></span></strong><br /><span style="color:#000099;">Podríamos decir que Giovanni Sartori tiene una doble personalidad: la más conocida, la del abuelete que de cuando en cuando lanza al mercado libros destinados a provocar, a generar debates intelectuales y, sobre todo, a vender. Es el Sartori de libros como Homo videns o Multiculturalismo y democracia, caracterizados por mostrar una visión altamente crítica y negativa de ciertos aspectos de la sociedad, por el escaso número de páginas y la enorme tipografía y, naturalmente, por su elevado precio. Si estas fueran las únicas aportaciones de Sartori al mundo del pensamiento, no sería arriesgado decir que nuestro hombre está preparado para engrosar la plana de cualquier periódico español como comentarista de calidad.<br /><br />Afortunadamente, no es este el único Sartori que nos encontramos. Existe otro, que en realidad antecede al más conocido (o, sintomáticamente, al único conocido), que se ha pasado la vida elaborando sesudos estudios de ciencia política que hoy día ocupan un lugar muy importante en la disciplina, hasta tal punto que estamos en condiciones de afirmar que en España debe haber casi 5 personas que los hayan leído.<br /><br />Yo soy una de esas personas. Echándole un par de huevos. Y la verdad es que el libro, o mejor dicho, los libros, porque son dos los volúmenes que integran Teoría de la democracia, tiene muchos aspectos interesantes que ofrecer al lector, particularmente si el lector es una de las 5 personas que hay en España interesadas en la política no como vehículo para enriquecerse o como mecanismo de expresión de determinadas frustraciones y/o deseos. Huelga decir que yo no soy una de esas 5 personas, pero ahí me tienen, uno lee muchas cosas en esta vida (con Teoría de la democracia, en mi caso, ya van tres), así que, dado que he leído algo, ¿por qué no hacer, de paso, una reseña para La Página Definitiva?<br /><br />Lo primero que hay que decir es que este es un libro sobre teoría política, pero también es un libro político. El autor adopta desde el principio una posición ideológica (liberal - conservadurismo) que al principio es implícita y poco a poco va aflorando conforme nos cuenta lo malos que son los socialcomunistas. Eso sí, todos los preceptos que muestra el libro están revestidos de una compleja argumentación para justificar los lugares a los que llega Sartori, hasta tal punto que incluso puede resultar fatigoso; por ejemplo, para definirnos lo que es la democracia, Sartori "se gusta" durante 25 páginas preliminares explicándonos lo que es una definición, para llegar a la conclusión de que es muy difícil definir la democracia, pues las acepciones del término son múltiples a lo largo de los siglos, y aún hoy continúan entrecruzándose. Eso sí, nos queda muy claro lo que es una definición.<br /><br />Entrando ya en el análisis del libro por partes, Sartori divide su obra en dos mitades, tituladas "El debate contemporáneo" y "Los problemas clásicos". Curiosamente, "El debate contemporáneo" es el volumen I, para después pasar a los problemas clásicos. Aunque sea muy original, esta división no parece demasiado justificada, pues es perfectamente plausible leerse el libro "al revés", comenzando por Grecia y acabando por el presente, y posiblemente sea más operativo. En cualquier caso, entre las cosas que comenta Sartori, que son muchas y de forma exhaustiva, podríamos destacar las siguientes:<br /><br />- Sartori considera que la democracia representativa, con todos sus defectos, es hoy por hoy la única viable. Rechaza, naturalmente, las eufemísticamente llamadas "democracias populares", pero también los eventuales experimentos de democracia directa aprovechando las ventajas de la tecnología. Esto último, como es obvio, constituye un grave error, por múltiples razones históricas, éticas, políticas y peripatéticas, pero fundamentalmente por un motivo: porque somos de otra opinión. Y para demostrarlo, <a href="http://www.galeon.com/partidoporinternet/">véanlo aquí.</a><br /><br />- Por el mismo motivo, Sartori rechaza toda equiparación entre la democracia ateniense y los modelos contemporáneos, pues estos últimos son muchísimo más complejos y están pensados para sociedades gigantescas en comparación con el pequeño número de ciudadanos de la Atenas clásica. También hay otra razón: la democracia, según nos explicó Aristóteles, en su acepción ateniense, era una de las formas políticas "corruptas". El estagirita (¿nació en la laguna Estigia?) distinguió tres formas de gobierno "buenas" (monarquía, aristocracia, politeia) y sus correspondientes formas corruptas (tiranía, oligarquía, democracia). Para Aristóteles, por supuesto, la mejor forma posible es la aristocracia, en la que indudablemente él se incluía, mientras que la democracia no sería sólo el "gobierno de los muchos", sino el "gobierno de los pobres" o, más directamente, "gobierno de los peores". Aristóteles vio cómo la democracia en Atenas se convirtió en tiranía a causa de las locuras de los ciudadanos, que pasaban el rato aprobando leyes que eran derogadas a los quince minutos, atacando a los ciudadanos más válidos y promocionando a los mediocres. A Sartori se le ve mucho aquí el plumero cuando habla del peligro de que la democracia caiga en el populismo.<br /><br />- Sartori deja muy claro al final del libro que aquí, democracia, sólo si se trata de una democracia liberal fundamentada en un mercado libre. Sartori se lamenta de lo cruel que es el mercado, de que contribuye a insertarnos en un modelo mecanicista, pero al mismo tiempo no ahorra elogios respecto a su funcionamiento. Volvemos a leer todo aquello de la "mano invisible" de inspiración divina (absurdo, todos sabemos que la "mano invisible" fue, desde 1996 hasta 2000, José María Aznar, y a partir de entonces los pérfidos extranjeros), de cómo el mercado se autorregula de forma "natural", etc. En líneas generales, diríase que a Sartori no le parecería del todo mal volver a un modelo de sufragio censitario, con lo que habrá que decir que es un elitista salvo si me incluye en el censo.<br /><br />- Por último, los ataques al marxismo en todas sus formas son continuos e implacables. Sólo hay una forma alternativa al modelo capitalista liberal a la que Sartori le concede una mínima credibilidad, el "socialismo de mercado" (una especie de híbrido entre el experimento yugoslavo y las socialdemocracias escandinavas; es preciso aclarar que cuando Sartori escribió el libro "Yugoslavia" aún era un país, no siete). Salva la figura humana de Marx (es decir, sus buenas intenciones) para rechazar todo lo que, en los planos económico y político, elaboró el pensador alemán, aunque también ponga de relieve que la interpretación que comúnmente se hace del pensamiento marxista supone una tergiversación radical de sus planteamientos iniciales, por ejemplo con el uso del concepto "dictadura del proletariado", que en Marx es marginal y después se convierte en uno de los puntos fundamentales de los sistemas comunistas, a los que, naturalmente, Sartori manda a los infiernos, comenzando por la Unión Soviética (nuevamente advertimos de que todo esto Sartori lo escribió en plena guerra fría, y el muy vago aún no lo ha actualizado). Y elabora una crítica brillante por momentos, a veces incluso divertida por las maldades que introduce en su discurso (ya dijimos que se trata de un texto político):<br /><br />"Para Lenin, la asociación básica, inamovible e inmutable era que 'la democracia es igual que el Estado'. Su leitmotiv era: puesto que el Estado es malo, también lo es la democracia (...) Pero cuando Lenin abordó la segunda fase, la dictadura del proletariado, cambió de sintonía. Mantenía que la dictadura del proletariado era 'más democrática' que la democracia burguesa. Si quería decir que en este caso el ejercicio de la violencia era más intenso y sistemático que antes, nada que objetar". (pp. 555 - 556)<br /><br />En resumen, el libro de Sartori es un enorme ejercicio de erudición, un interesante ensayo político, y también un "manual de uso de la democracia" desde una perspectiva política muy definida. El libro se lee con gusto, aunque en ocasiones resulte un poco cargante, y se le puede sacar bastante jugo. Hay que reconocer que la visión que Sartori muestra de las cosas resulta en ocasiones muy sugestiva. Eso sí, es un libro que corre el riesgo de quedarse anticuado, y no tanto por la caída de los regímenes comunistas como por algo mucho más importante: el amanecer y el ocaso del felipismo, que ha cambiado totalmente las reglas del juego político.<br /></span><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente:</span></strong> <a href="http://www.lapaginadefinitiva.com/politica/biblioteca/sartori1.htm">Lapáginadefinitiva.com</a><br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Recomendado:</span></strong> <a href="http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/Sartori%20cap1.pdf">Definir la Democracia.</a></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-44045666617814834282010-03-28T10:04:00.000-07:002010-03-28T10:14:15.907-07:00Libro Diversidad y Complejidad Legal. Aproximaciones a la Antropología e Historia del Derecho.<div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S6-NqVrK-wI/AAAAAAAAAm8/s-hrCI80N6M/s1600/Libro+Diversidad+y+Complejidad+Legal.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 283px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5453733432281201410" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S6-NqVrK-wI/AAAAAAAAAm8/s-hrCI80N6M/s400/Libro+Diversidad+y+Complejidad+Legal.jpg" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> ¿Somos pobres porque somos diversos?</span></strong><br /><br /><span style="color:#990000;">El Perú es diverso no solo por cuestiones culinarias: cuenta con más de 60 grupos étnicos y pueblos indígenas que piensan y sienten de manera diferente. Pero el gobierno prefiere aplicar una simplista receta de desarrollo, como si la sociedad fuese homogénea, y promueve normas que ignoran la complejidad del país. En su libro Diversidad y complejidad legal el abogado y antropólogo Armando Guevara Gil considera que esta postura estatal solo desata conflictos y plantea ver la diversidad como un valor y no como un obstáculo.<br /></span><br />Por: <strong><em>Milagros Salazar</em></strong><br /><br /><span style="color:#000099;">Los países no son habitados por identikits. Apenas el 10% de los Estados en el mundo son étnicamente homogéneos. Hay 191 Estados y a la vez cerca de 8 mil grupos étnicos, pueblos indígenas y naciones. Esta multiculturalidad se expresa vivamente en el Perú con 61 grupos étnicos amazónicos, los grandes grupos etnolingüísticos quechua y aimara y “colonias” de migrantes. Por eso la diversidad es una característica casi universal que los gobiernos no pueden ignorar. Esta advertencia la hace Armando Guevara Gil en su libro Diversidad y complejidad legal con el propósito de reflexionar sobre aquello que nos hace diferentes y que es imprescindible reconocer para encontrar formas eficaces de gobierno que eviten conflictos como el de Bagua o los que estallan alrededor de las explotaciones mineras y petroleras. La diversidad no debe verse como la piedra en el zapato en el camino hacia el progreso. Si bien el economista Jürgen Schultz preguntaba irónicamente ¿somos pobres porque somos ricos? para plantear la paradoja del boom de la explotación primaria exportadora que no ha garantizado desarrollo a lo largo de nuestra historia, esa interrogante también podría ser replanteada a la luz de las reflexiones de Guevara: ¿somos pobres porque somos diversos?<br /><br />Revisemos algunas ideas de la receta gubernamental sobre el desarrollo en busca de respuestas.<br /><br /><span style="color:#990000;"><strong>Con más inversión privada habrá desarrollo para la mayoría<br /></strong></span><br />El presidente Alan García parece haber encontrado una fórmula mágica para que el país repunte: más inversión privada generará más trabajo y esto a su vez crecimiento económico, o sea, desarrollo para la “inmensa mayoría”. García lo ha dicho, lo ha escrito y lo ha aplicado con altos costos sociales en algunos casos sin ver matices ni diferencias en aquellos pueblos en donde sus decisiones podrían tener impacto. ¿Desarrollo para quiénes?, ¿para qué mayoría en un país pluricultural? “Su visión parece del siglo XIX cuando se planteaba una forma única de gestión del territorio. Ha sobrestimado su capacidad de convencimiento, quizás ha querido coronar su idea del desarrollo y lo que ha hecho es generar más conflictos sociales y arrinconar a los pueblos indígenas”, señala Guevara. En sus artículos sobre el síndrome del “Perro del Hortelano”, el presidente señala que hay muchos recursos que no reciben inversión y que no generan trabajo “por el tabú de ideologías superadas”. Pero la existencia de grupos diversos que tienen una visión distinta del territorio y del acceso a los recursos naturales no es un invento. El especialista advierte que la diferencia del derecho de propiedad del suelo y el subsuelo que hace el Estado rompe los esquemas de la mirada integral del territorio que desarrollan los amazónicos.<br /><br />Guevara ha estudiado en su libro el impacto de los proyectos de desarrollo en el lago Titicaca (1930-2006) y allí descubre este choque de miradas. Explica que si bien los totorales que están sobre el lago, son vistos por el Estado como un recurso natural de la Nación, desde la óptica de las comunidades quechuas y aimaras, estos totorales que son plantados, cosechados y heredados, representan una propiedad familiar o individual como si fuesen parcelas agrícolas en tierra firme a diferencia de las aguas que sí son un espacio colectivo. “Pero si las comunidades circunlacustres se reclaman «dueñas» de los totorales, no lo hacen apelando únicamente a la tradición y la proximidad, sino a una de las fuentes más reconocidas universalmente como origen del derecho a la propiedad y la posesión: el trabajo”, apunta Guevara.<br /><br />“El Perú es diverso no solo en aspectos gastronómicos, sino sobre todo por su realidad social, cultural, política e histórica, por lo tanto no puede haber una sola política nacional y es vital que las políticas públicas se elaboren en función de esta diversidad para garantizar la convivencia social y la sostenibilidad de los ecosistemas”, reflexiona.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Las comunidades no saben manejar los recursos<br /></span></strong><br />Para Alan García, el Perú está lleno de “tierras ociosas porque el dueño no tiene formación ni recursos económicos, por tanto su propiedad es aparente. Esa misma tierra vendida en grandes lotes traería tecnología”. En contraste, Guevara señala: “Existen diferentes lógicas para gestionar los recursos” que deben ser reconocidas y rescatadas para plantear un desarrollo sostenible como el manejo eficiente de los bosques de algunos grupos en la Amazonía. “Porque con la idea de que el crecimiento económico es igual al desarrollo ya hemos sobrexplotado los recursos naturales en un 20% más de lo que la Tierra puede soportar”, asegura Guevara.<br /><br />“La diversidad es una condición, no un problema. Y no debe verse la exigencia de mayor autonomía de los pueblos indígenas para administrar sus recursos como reclamo de autarquía porque estos grupos también reclaman mayor presencia estatal, servicios mínimos y el respeto a sus derechos”, señala el autor.<br /><br />En ese sentido, ¿el conflicto de Bagua ha servido para que enfoquemos nuestra atención sobre estas poblaciones? Guevara responde: “Creo que ocasionó un remezón ético y político, pero la inercia histórica de percepciones y prejuicios contra los indígenas ha vuelto a instalarse en el Estado y la sociedad en su conjunto”.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Solucionemos los problemas vía decreto<br /></span></strong><br />Para Guevara existe un conflicto entre la normatividad estatal y las prácticas consuetudinarias de las comunidades. Considera por ello que está condenado al fracaso cualquier proyecto de desarrollo que “asuma intervenir en un paisaje social normativamente vacío” o que ignore la importancia del derecho en esta tarea.<br /><br />“Cada vez más las leyes se alejan de la realidad. El Derecho es un mecanismo para solucionar conflictos, pero ahora los crea como vemos en las contradicciones entre el régimen ambiental y el de concesiones en industrias extractivas”, asegura.<br /><br />Pese a que existe un Estado con un aparato legislativo gigantesco, Guevara lo califica de “anémico” por su incapacidad para aplicar las normas y gozar de legitimidad. El rechazo de los indígenas a los decretos del régimen aprista para promover la inversión privada en sus territorios lo demuestra.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Ingresemos al mundo global con los TLC<br /></span></strong><br />La pluralidad legal de la que habla Guevara también se da en el proceso de globalización. “Ya no es un problema del Estado versus el indígena sino que es un fenómeno que tenemos que aprender a manejar integralmente debido al impacto de la globalización económica en el derecho nacional”.<br /><br />En un lado de la balanza, el Perú se ha insertado en la economía global con los tratados de libre comercio a los que le otorga plena vigencia y respeto, pero en el otro lado están los instrumentos internacionales de derechos humanos a los que no siempre considera vinculantes como sucede con el Convenio 169 de la OIT que garantiza la consulta previa a los pueblos indígenas. “El Estado debe asumir la globalización en todos sus frentes, incluido el de derechos humanos y el ambiental”, señala.<br /><br />Guevara plantea reformar el derecho y desterrar “los lugares comunes que han reemplazado la investigación empírica porque lo que necesitamos es conocer mejor nuestra diversidad como fuente de riqueza y no como causa de la pobreza”.<br /><br /><strong><em><span style="color:#000000;">Perfil<br /></span></em></strong><br /></span><span style="color:#993399;">Nombre: Armando Guevara Gil<br /><br />Estudios: Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Maestría en Antropología Cultural en la Universidad de Wisconsin-Madison.<br /><br />Cargo: Profesor asociado del Departamento de Derecho y de la Escuela de Posgrado de la PUCP. También es miembro ordinario del Instituto Riva-Agüero.<br /><br />Publicaciones: Propiedad agraria y Derecho colonial: los documentos de la hacienda Santoris, Cusco 1543-1822 (1993); Agua y derecho (Editor con Rutgerd Boelens y David Getches, 2006); Derecho, instituciones y procesos históricos (editor con José de la Puente, 2008); Derechos y Conflictos de Agua en el Perú (editor, 2008), Diversidad y Complejidad Legal (2009).<br /></span><br /><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La República</strong> (Suplemento Domingo).</span> 21 de Marzo del 2010.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Recomendado:<br /></span></strong><br /><a href="http://blog.pucp.edu.pe/item/87425">Diversidad y Complejidad Legal. Aproximaciones a la Antropología e Historia del Derecho.</a></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-3379874144437898172010-03-03T11:44:00.000-08:002010-03-28T10:15:49.242-07:00Libro Historiografía y Nación en el Perú del siglo XIX.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S468eJp70CI/AAAAAAAAAkc/IEDur8Sfeec/s1600-h/Libro+Historiograf%C3%ADa+y+Naci%C3%B3n+en+el+Per%C3%BA+del+siglo+XIX.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 226px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5444496225711411234" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S468eJp70CI/AAAAAAAAAkc/IEDur8Sfeec/s320/Libro+Historiograf%C3%ADa+y+Naci%C3%B3n+en+el+Per%C3%BA+del+siglo+XIX.jpg" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> “Nos sentimos orgullosos de los incas pero no tanto de los indios”</span></strong><br /><br /><span style="color:#993399;">¿La época colonial fue buena o mala? ¿Cuánto apoyo popular tuvo la causa de la Independencia? ¿Qué debemos rescatar de Alfonso Ugarte? Las respuestas correctas no son, probablemente, las que nos enseñaron en la escuela. El historiador Joseph Dager remueve este tema en un libro de reciente publicación que está despertando inusitado interés en medios académicos: “Historiografía y Nación en el Perú del siglo XIX” (PUCP, 2009). Según el autor, hay un conjunto de mitos y falacias que hoy es necesario revisar. Hay, advierte, historias que no provoca escuchar, que no generan orgullo, pero que es necesario volver sobre ellas porque solo es posible la reconciliación a partir de un pasado veraz.<br /></span><br />Por <strong><em>Elizabeth Cavero</em></strong><br /><br /><span style="color:#000099;"><span style="color:#990000;">El Perú nace como nación en 1821 y sin embargo hoy entendemos que la “historia del Perú” comienza antes de los incas. ¿Cómo se explica?</span><br /><br />–Quizá podemos partir diciendo que el siglo XIX es un momento en el que la burguesía asciende al poder y construye un nuevo modelo político, el Estado-Nación. Este es un fenómeno mundial, que empieza en los Estados Unidos, en Europa y en Hispanoamérica. Lo que este modelo pretende, en primer lugar, es que los habitantes del Estado-Nación se reconozcan como miembros de una misma comunidad, con una misma cultura y sobre todo con un mismo pasado. Y, mientras más antigua era la nación, más legítima y con mayor derecho a autogobernarse.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Entonces mientras los franceses buscaban sus raíces en los galos, los ingleses en los sajones, los alemanes en los germanos... los peruanos buscaban sus raíces en los incas.</span><br /><br />–Sí, aunque no hay que olvidar que ya Garcilaso de la Vega y Guamán Poma (cronistas del siglo XVI) hablaban de los incas. La diferencia es que en el siglo XIX los que historian la antigua grandeza de los incas eran “criollos” o sus descendientes. Ellos “peruanizan” a los incas. Y tuvieron tanto éxito, que hoy seguimos considerando a los incas como peruanos.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Esta construcción de nuestra historia nacional comienza en 1821?</span><br /><br />–O bien a partir de 1824, con la derrota de las tropas realistas. Entonces, lo primero que se hace es crear símbolos distintivos: bandera, escudo e himno. Estos incorporan elementos andinos –como la quina y la vicuña– con los cuales las mayorías indígenas pudieran identificarse. De la misma forma, se necesitaba una historia común, una historia nacional. Esos historiadores no se inventaron una historia, la “confeccionaron” con insumos que estaban ahí y con su propia creatividad. La historiografía peruana fue una confección porque el elemento “creativo” y la historicidad del momento subrayaron o descuidaron un sinnúmero de aspectos, pero ello no debe asociarse con lo conscientemente “fraguado”.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Por qué interesaba a la burguesía construir la nación?</span><br /><br />–Para gobernar mejor. No se trataba de una nación democrática, ni igualitaria. Era una nación como se definía en el siglo XIX, en la cual el Estado contribuye a crear a los connacionales. La élite confecciona eso que llamamos “peruano” y trata de difundirlo. Lo que yo confirmo al analizar la obra de los historiadores del siglo XIX –como lo han hecho otros historiadores estudiando el pensamiento, las fortunas o las modas de la burguesía– es que sí existieron proyectos nacionales, sí hubo una experiencia burguesa. Digo esto porque durante mucho tiempo se ha repetido que el Perú no tuvo clase dirigente, sino clase dominante; que no hubo burguesía, sino oligarquía; y que esa élite no fue capaz de crear un proyecto nacional ni de ofrecer una imagen de conjunto del pasado peruano.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Esa crítica abarca a los historiadores del siglo XIX?<br /></span><br />–Sí. Alberto Flores Galindo sostenía que la historiografía (la producción histórica) nace en el siglo XX. Yo sostengo que ya desde antes, con Mariano Mendiburu, Mariano Felipe Paz-Soldán, Sebastián Lorente o Carlos Wiesse (historiadores del siglo XIX) el Perú estaba en la agenda ideológica. Si no había la intención de crear una nación, para qué crear una historia nacional.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Entonces, ¿cuáles son los mayores aportes de los historiadores del siglo XIX a la nación?</span><br /><br />–El mayor aporte de los historiadores del siglo XIX es haber integrado a los incas al Perú. El segundo gran aporte es haber ofrecido una comprensión general del pasado peruano y del Perú: país de antigua grandeza, tiene la esperanza de ser un país de futura grandeza. Lo que no comprendieron, ni los historiadores ni los políticos del siglo XIX, fue que el Perú es un país mestizo y diverso. Para ellos la diversidad fue un obstáculo y por eso trataron de homogeneizar culturalmente y de imponer su modelo de progreso.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Lugares comunes<br /></span></strong><br /><span style="color:#990000;">–Existen lugares comunes en las críticas sobre el siglo XIX. Uno de ellos se refiere al despilfarro de la riqueza guanera. Sin embargo, usted nos dice que este dinero se usó también para financiar investigaciones históricas.</span><br /><br />–Sí. Los historiadores debemos hacer un mea culpa porque hemos sido muy severos con el siglo XIX, hemos tratado de encontrar en el siglo XIX el origen de casi todos nuestros males, y nos hemos conformado con echarle la culpa: el siglo de la anarquía militar, del guano que se despilfarró y de la derrota con Chile. Pero perdemos de vista que, junto con eso, en el siglo XIX pudimos construir un Estado. Entonces, por ejemplo, siempre repetimos que más del 50% del dinero del guano se usó en pagar sueldos de empleados públicos. ¡Pero claro! ¡Si había que construir un Estado! Se usó para pagar maestros, jueces, prefectos que antes no existían. Con el dinero del guano se fomentó también la actividad intelectual, la producción de obras históricas. Ojalá el Estado de hoy lo hiciera.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Estos historiadores del siglo XIX, sin embargo, tuvieron que enfrentar pronto el dilema de admirar a los incas, sintiendo a la vez desprecio por sus descendientes, los indígenas.<br /></span><br />–En 1992, la historiadora Cecilia Méndez publicó un magnífico artículo titulado “Incas sí, indios no”. Ella afirma que es una característica del nacionalismo peruano del siglo XIX y del siglo XX decir yo siento orgullo por los incas, pero no tengo nada que ver con los indios. Méndez lo atribuye a que en el siglo XIX existió un nacionalismo criollo que no veía en ello una contradicción y que excluyó a la población andina.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Coincide con ella?</span><br /><br />–Coincido en mucho. Pero creo también que precisamente la admiración hacia los incas impidió que la población andina fuese excluida del proyecto nacional. Los historiadores del siglo XIX dijeron: estos indios, descendientes degenerados de los incas, tienen una historia que demuestra lo que podrían llegar a ser si nosotros los regeneramos, los educamos. Gracias a esto, los indios fueron incorporados a la nación, aunque en un lugar secundario como grupos subalternos.<br /><br /><span style="color:#990000;">–No era posible mandar a los indígenas a vivir en reducciones.<br /></span><br />–No, aquí la población indígena era tan numerosa y tan presente en todo el territorio que no se le podía confinar, como se hizo en Chile o EEUU. Entonces, se pensó en traer migrantes europeos para “mejorar la raza”. Pero, ¡cuántos hubieran tenido que venir! Luego se opta por imponer a aquella población un modelo cultural, burgués y occidental, para homogeneizar. Por supuesto, más inteligente hubiera sido que la élite, la minoría, aprendiera quechua como idioma oficial. Pero eso lo decimos hoy, 200 años después.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Durante el siglo XIX tuvimos dos enemigos: España y Chile. ¿Cómo se entiende que tengamos hacia esos dos países sentimientos tan diferentes?<br /></span><br />–Es que son dos historias diferentes. A España le ganamos dos veces, en 1824 y 1866. Además, la herencia cultural es evidente y por la necesidad de una continuidad histórica, dada la admiración por el pasado incaico, no pudimos negar el estudio del pasado colonial y encontrar en ese periodo personajes admirables y, qué duda cabe, fuimos un Virreinato muy importante. En cambio, Chile nos venció y nos duele porque siempre entendimos su pasado como inferior al nuestro. Nos duele doblemente porque nos ocuparon por varios años. Nos duele triplemente porque no solo se llevaron trofeos de guerra, se llevaron también libros, pinturas, estatuas… Y, además, Chile aún niega que haya materias pendientes, y no es poco frecuente que algunos de sus políticos exhiban hacia el Perú eso que José Rodríguez Elizondo, intelectual y ex diplomático chileno, ha llamado con magnífica expresión una “soberbia extravagante”.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Otro lugar común: ¿la Independencia fue una gesta nacional?<br /></span><br />–No, hoy sabemos que la independencia no fue una gesta “popular”, fue un movimiento de la élite. Los historiadores del siglo XIX no lo comprendieron porque al estudiarla recurrieron a ciertos documentos, proclamas, que les hicieron pensar que la Independencia fue apoyada por las masas. Hoy sabemos que los indígenas, negros, mulatos, mestizos participaron, pero sin tener necesariamente conciencia de lo que estaba en juego.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Herencia que pesa<br /></span></strong><br /><span style="color:#990000;">–¿Qué conservamos del siglo XIX?<br /></span><br />–Yo creo que una de las malas herencias del siglo XIX es la comprensión de la guerra con Chile. Los historiadores peruanos del siglo XIX comprendieron bien los abusos y supieron denunciarlos. La obra de Paz-Soldán, escrita casi en los mismos años de la guerra, es de una precisión documental y solidez impresionantes. Pero le faltó explicar mejor cuál era la situación previa en el Perú, que favoreció los abusos de los chilenos. Esto es algo que agrega Basadre.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Otro tema pendiente es la inclusión de la población indígena a la nación.<br /></span><br />–Sí, yo creo que esa debe ser la discusión. Porque hoy sigue presente el racismo, una herencia de los historiadores y políticos del siglo XIX. En buena cuenta seguimos sintiéndonos orgullosos de los incas y no tan orgullosos de los indios. Y a diferencia de otros países, en el Perú eso implica una especie de esquizofrenia: admiro y rechazo a la misma persona, a nosotros mismos.<br /><br /><span style="color:#990000;">–¿Qué debemos hacer?</span><br /><br />–No imponer un único modelo de desarrollo, ni dejar que una minoría –económica o étnica– nos imponga el suyo. Respetar la diversidad cultural, no concebirla como algo inferior y tratar de pensar el Perú con modelos multiculturales. Afortunadamente, el Perú hoy no es el mismo de hace 50 años. Claro, hoy existe Asia (el balneario), unos cuantos que no dejan entrar a sus playas a mucha gente. Pero ellos no son el Perú. Más representativo del Perú es, por ejemplo, el Grupo 5.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">El ejemplo de Alfonso Ugarte<br /></span></strong><br /><span style="color:#990000;">–¿Y seguimos necesitando héroes nacionales?<br /></span><br />–Por supuesto. Como toda nación, seguimos necesitando héroes nacionales. Pero debemos repensar nuestra historia. Por ejemplo, hoy admiramos a Alfonso Ugarte “solo” porque no dejó caer la bandera peruana en manos de los chilenos. Tal vez fue cierto, pero en todo caso Alfonso Ugarte fue héroe por varias otras razones: tenía dinero y pudo irse, pero se quedó a luchar. Además, usó su fortuna para armar batallones. La historia del sacrificio fue publicada días después de ocurrido en el diario La Patria, pero los historiadores del siglo XIX no la incorporan. Los que sí lo hacen son los historiadores del siglo XX.<br /><br /><span style="color:#990000;">–Sincerar nuestra historia sería una meta interesante para el bicentenario.<br /></span><br />–Ciertamente. Tenemos que preguntarnos sobre qué Perú vamos a seguir enseñando en las escuelas. Hoy ya no es una necesidad, como lo fue para los historiadores del siglo XIX, “olvidar” hechos incómodos del pasado en favor de la unión nacional. Ahora nos toca asumir nuestras verdades históricas, incluso las recientes, las que causan orgullo y las que preferiríamos no escuchar. Solo así podremos reconciliarnos y difundir un pasado veraz, al interior de una educación masiva de calidad. Es una deuda que aún tenemos.<br /><br /><strong><span style="color:#000000;">Perfil<br /></span></strong><br /></span><span style="color:#993399;">• Nombre: Joseph Dager Alva<br />• Edad: 39 años<br />• Lugar de nacimiento: Lima, Perú<br />• Estudios: Licenciado en Historia por la PUCP (1996), Doctor en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile (2008)<br />• Familia: casado con 2 hijos<br />• Cargo actual: Profesor del Departamento de Humanidades y de la Maestría en Historia de la PUCP.<br />• Otras publicaciones: Hipólito Unanue o el cambio en la continuidad (2000), Vida y obra de José Toribio Polo (2000), Conde de Superunda (1995); El Virrey Amat y su tiempo (codirector, 2004). </span></div><div align="justify"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="justify"><span style="color:#000099;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La República</strong> (Suplemento Domingo).</span> 28 de Febrero del 2010.</span></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-67900035232153261212010-02-25T06:52:00.000-08:002010-02-25T06:57:04.759-08:00Libro "La República Lobbysta", de Manuel Dammert.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4aPkXcOLeI/AAAAAAAAAfU/NB4hMAJ0S1I/s1600-h/Libro+La+Rep%C3%BAblica+Lobbysta+de+Manuel+Dammert.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 235px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5442195054654270946" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4aPkXcOLeI/AAAAAAAAAfU/NB4hMAJ0S1I/s320/Libro+La+Rep%C3%BAblica+Lobbysta+de+Manuel+Dammert.jpg" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> La República Lobbysta<br /></span></strong><br />Por: <strong><em>Humberto Campodónico </em></strong>(Economista)<br /><br /><span style="color:#000099;">En Colombia, la estatal ECOPETROL, recientemente modernizada, invirtió US$ 6,200 millones en el 2009, una fracción de los cuales ha venido aquí para adquirir Petro-Tech.<br /><br />En Chile, la estatal Codelco, la empresa de cobre más grande del mundo, generó excedentes por US$ 4,970 millones en el 2008 y acaba de firmar un contrato con China para venderle 55,000 toneladas anuales de cobre en los próximos 15 años. En Brasil, la estatal Petrobrás ha logrado el autoabastecimiento de petróleo –produce 2 millones de barriles diarios–, ha encontrado abundantes reservas en el Atlántico y plantea invertir US$ 174,000 millones (50% más que el PBI peruano) del 2009 al 2013.<br /><br />Pero en el Perú se privatizaron los lotes productores de Petroperú y el Estado no le quiso dar participación en la venta de Petro Tech ni, antes, en la compra de los grifos de SHELL, que fueron adquiridos por Primax, propiedad de la estatal chilena ENAP y el Grupo Romero. En el caso de ENAPU, después de 15 años de pedir la compra de grúas pórtico, éstas recién llegaron el año pasado. Hay muchos ejemplos más.<br /><br />En sentido contrario al mundo –y en países vecinos que no tienen nada de “antisistema”–, la clase política y empresarial peruana sigue con los obsoletos preceptos del Consenso de Washington, que niegan la necesidad de redefinir los roles del mercado y el Estado. Peor aún, en los últimos años, desde la administración estatal se promueven los intereses privados en actividades estratégicas, como en Camisea, los contratos petroleros (petroaudios)y la actividad portuaria, para solo mencionar algunos.<br /><br />En un reciente libro, La República Lobbysta, Manuel Dammert dice que esos hechos no son producto de la casualidad. Afirma que “la élite de esta República Lobbysta abandona desde la partida a la nación y la soberanía, superpone la función pública con la actividad privada. Utiliza la gestión pública para gestionar intereses privados globales. Su rol se reduce a obtener los ingresos que corresponden, estrictamente, a la intermediación de las estrategias de grandes negocios privados, sin que existan planes ni políticas públicas en función del interés nacional”.<br /><br />Agrega: “Es una élite a la que no le interesa ser empresaria productiva, ni invertir los excedentes en ampliar la acumulación, innovar en productividad, mejorar el capital humano social e institucional. Solo busca obtener su parte alícuota del gran negocio de alguna estrategia privada que no les incumbe, no les interesa”.<br /><br />Con este enfoque Dammert analiza en detalle dos sectores estratégicos en el siglo XXI: puertos y energía. Después de una prolija investigación, llega a la conclusión que los lobbystas no tienen como objetivo desarrollar los grandes ejes de integración continental, poniendo en marcha ciudades-puerto con zonas económicas de valor agregado logístico. Por el contrario, se busca liquidar a ENAPU y desarticular el sistema portuario para entregar dicha infraestructura a intereses extranjeros.<br /><br />En el sector energético, Dammert demuestra que la exportación del gas de Camisea de los Lote 88 y 56 no es producto de contratos “técnicos”, sino de actividades lobbystas –desde los más altos puestos del Poder Ejecutivo–en los que ha sido “descollante figura” el ex ministro toledista, Pedro Pablo Kuczynski.<br /><br />La detallada descripción de la mezcla de las funciones públicas de PPK con las de su Grupo Empresarial –que ocupan un capítulo entero– desnuda la complicada trama de intereses que han primado sobre los intereses nacionales. Resultado: el gas de Camisea (que revirtió gratis al Perú por los regalos de la Shell) ya no va a servir para las necesidades peruanas (y menos para las regiones pobres del Sur andino) sino que va a ser exportado a México.<br /><br />Clara demostración que los “lobbystas” en el Poder son “intermediarios de las estrategias de grandes negocios privados, sin que existan planes ni políticas públicas en función del interés nacional”.<br /></span><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente: Diario La República.</span></strong> Sábado 22 de Agosto del 2009.</div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-59741096363752411692010-02-24T12:47:00.000-08:002010-02-24T13:24:31.446-08:00Libro "La transición inconclusa. De la década autoritaria al nacimiento del pueblo", de Alberto Adrianzén.<a href="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4WWEyRyOVI/AAAAAAAAAfM/S0oquzSRZzs/s1600-h/Libro+%E2%80%9CLa+transici%C3%B3n+inconclusa%E2%80%9D..jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 199px; DISPLAY: block; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441920733707123026" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4WWEyRyOVI/AAAAAAAAAfM/S0oquzSRZzs/s320/Libro+%E2%80%9CLa+transici%C3%B3n+inconclusa%E2%80%9D..jpg" /></a> <strong><span style="font-size:130%;color:#990000;">Debate sobre el libro "La transición inconclusa. De la década autoritaria al nacimiento del pueblo", del sociólogo Alberto Adrianzén.<br /></span></strong><br /><span style="color:#000099;"><a href="http://www.larepublica.pe/virtu-e-fortuna/24/01/2010/la-transicion-inconclusa">La “transición inconclusa”.</a> <span style="color:#990000;">(Martín Tanaka).</span> La República. 24/01/2010.<br /><br /><a href="http://www.larepublica.pe/virtu-e-fortuna/31/01/2010/la-transicion-inconclusa-y-humala">“La transición inconclusa” y Humala.</a> <span style="color:#990000;">(Martín Tanaka).</span> La República. 31/01/2010.<br /><br /><a href="http://www.larepublica.pe/disidencias/06/02/2010/critica-los-criticos">Crítica a los críticos.</a> <span style="color:#990000;">(Alberto Adrianzén).</span> La República. 06/02/2010.<br /><br /><a href="http://martintanaka.blogspot.com/2010/02/critica-los-criticos-de-alberto.html">"Crítica a los críticos" de Alberto Adrianzén.</a> <span style="color:#990000;">(Martín Tanaka).</span> Blog Virtù e Fortuna. 10/02/2010.<br /><br /><a href="http://www.larepublica.pe/disidencias/13/02/2010/transiciones-y-partidos">Transiciones y partidos.</a> <span style="color:#990000;">(Alberto Adrianzén).</span> La República. 13/02/2010.<br /><br /><a href="http://www.larepublica.pe/virtu-e-fortuna/14/02/2010/de-los-principios-las-politicas">De los principios a las políticas. </a><span style="color:#990000;">(Martín Tanaka).</span> La República. 14/02/2010.<br /><br /><a href="http://www.larepublica.pe/disidencias/20/02/2010/proposito-del-caudillismo">A propósito del caudillismo.<span style="color:#990000;"> </span></a><span style="color:#990000;">(Alberto Adrianzén).</span> La República. 20/02/2010.<br /></span><span style="color:#000099;"></span>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-74775691094371311252010-02-24T12:11:00.000-08:002010-02-24T12:38:39.301-08:00Libro: "Demócratas precarios. Élites y debilidad democrática en el Perú y América Latina" de Eduardo Dargent Bocanegra.<div align="justify"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 256px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441909584022035474" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4WL7ydtXBI/AAAAAAAAAfE/EZxblOD1CJc/s320/Dem%C3%B3cratas+precarios.+%C3%89lites+y+debilidad+democr%C3%A1tica+en+el+Per%C3%BA+y+Am%C3%A9rica+Latina..jpg" /><strong><span style="font-size:130%;color:#990000;">DEMÓCRATAS PRECARIOS. ÉLITES Y DEBILIDAD DEMOCRÁTICA EN EL PERÚ Y AMÉRICA LATINA<br /></span></strong><br />Autor(es): DARGENT BOCANEGRA, Eduardo<br /><br />Reseña: <span style="color:#000099;">Dargent sostiene como tesis principal que en el Perú y en varios estados de América Latina, a pesar de la permanencia de la democracia desde los años setenta y ochenta, las élites de derecha y de izquierda subordinan su compromiso con la democracia liberal a sus intereses de corto y mediano plazo. Por ello, cuando las élites de ambos lados del espectro político perciban que un gobierno con tendencias autoritarias está dispuesto a favorecer sus intereses, traicionarán la democracia y apoyarán estas medidas autocráticas. Al contrario, las élites amenazadas por un gobierno no democrático sí valorarán la democracia liberal y utilizarán sus recursos para defenderse, si se encuentran en una posición de debilidad. El autor llama a estas élites demócratas precarios.<br /></span><br /><br /><span style="color:#990000;">Contenido: Introducción<br />Capítulo I Una región de demócratas precarios<br />Capítulo II ¿Democracias más consolidadas que precarias?<br />Capítulo III ¿Élites democráticas?<br />Capítulo IV Perú 1980-2008<br />Capítulo V Sociedad, Estado y élites en América Latina<br />Conclusión ¿Exorcizando a los demócratas precarios?<br />Bibliografía<br /></span><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente: IEP (Instituto de Estudios Peruanos).</span></strong></div><div align="left"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></div><div align="left"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></div><div align="left"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="left"><strong><span style="color:#990000;">Recomendado:</span></strong></div><div align="left"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></div><div align="left"></div><div align="left"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></div><br /><a href="http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20091122/12/node/233954/todos/1558"><span style="color:#000000;">Entrevista/Eduardo Dargent. “Las élites subordinan su compromiso democrático a sus intereses de corto plazo”</span> </a>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-32973222767360804772010-02-24T11:36:00.000-08:002010-02-24T12:04:56.596-08:00Libro "Cuentos feos de la reforma agraria" de Enrique Mayer.<div align="justify"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4WFLah7CBI/AAAAAAAAAe8/_revM_lupiU/s1600-h/Libro+Cuentos+feos+de+la+reforma+agraria+de+Enrique+Mayer"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 210px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441902155893770258" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4WFLah7CBI/AAAAAAAAAe8/_revM_lupiU/s320/Libro+Cuentos+feos+de+la+reforma+agraria+de+Enrique+Mayer" /></a> <strong><span style="font-size:130%;color:#990000;">COMENTARIOS A LOS CUENTOS FEOS DE ENRIQUE MAYER</span></strong><br /><br />Reseña por <strong><em>Héctor Béjar</em></strong>*<br /><br /><span style="color:#990000;">Mayer, Enrique. Cuentos feos de la reforma agraria peruana. Lima: IEP: CEPES, 2009.</span><br /><br />A la memoria de Guillermo Figallo Adrianzén<br /><br /><span style="color:#000099;">Este año 2009, en que se publica Cuentos feos de la reforma agraria peruana del economista y antropólogo Enrique Mayer, se cumplen 40 años de la promulgación de la ley 17716 de reforma agraria, y se cumplen en medio del silencio; quizá porque, como ocurre con algunas personas, los grupos dominantes envían al subconsciente sus temores, remordimientos y miedos más profundos. Eso sucede con las transformaciones inesperadas y traumáticas que afectan el modo de vida, los intereses y las convicciones de los que tienen poder, propiedad, orgullo o dinero. El silencio de hoy a los cuarenta años de la Reforma Agraria es la mejor demostración de su importancia. La movilización de los pueblos indígenas desde la Amazonía, los Andes y las regiones hace pocas semanas dice bien de cuánto hemos cambiado desde junio de 1969 y cuánto no han cambiado quienes, hoy como ayer, responden a las protestas con amenazas, descalificaciones, prisiones y hasta con balas y sangre.<br /><br />El general Velasco, que había tomado el poder por un golpe de estado apenas ocho meses antes, decía en su discurso de promulgación de la ley de reforma agraria, aquel 24 de junio de 1969, con voz enronquecida por el excesivo uso de cigarrillos negros:<br /><br />Compatriotas:<br />Este es un día histórico. Y bien vale que todos seamos plenamente conscientes de su significado más profundo. Hoy día el Gobierno Revolucionario ha promulgado la Ley de la Reforma Agraria, y al hacerlo ha entregado al país el más vital instrumento de su transformación y desarrollo. La historia marcará este 24 de junio como el comienzo de un proceso irreversible que sentará las bases de una grandeza nacional auténtica, es decir, de una grandeza cimentada en la justicia social y en la participación real del pueblo en la riqueza y en el destino de la patria.<br /><br /><br />Recordemos el Artículo 2° de aquella ley:<br /><br />La Reforma Agraria como instrumento transformador formará parte de la política nacional de desarrollo y estará íntimamente relacionada con las acciones planificadas del Estado en otros campos esenciales para la promoción de las poblaciones rurales del país, tales como la organización de una Escuela Rural efectiva, la asistencia técnica generalizada, los mecanismos de crédito, las investigaciones agropecuarias, el desarrollo de recursos naturales, la política de urbanización, el desarrollo industrial, la expansión del sistema nacional de salud y los mecanismos estatales de comercialización, entre otros.<br /><br />Transcribo este artículo para recordar que, en la mentalidad de sus iniciadores, la reforma agraria formaba parte un proceso integral de transformación del país. Era un eslabón de una cadena de reformas que no se llegó a realizar; y, como tal, no puede ser explicada encerrándola dentro de su ámbito. Como se la ha criticado por su presunto colectivismo al buscar economías de escala organizando gigantescas empresas, vale la pena recordar que las Cooperativas Agrarias de Producción (CAP) o las Sociedades Agrícolas de Interés Social (SAIS) eran, en efecto, prioritarias. Sin embargo, se decía expresamente en la ley que tanto la mediana propiedad como la pequeña propiedad serían respetadas y apoyadas.<br /><br />Estamos ahora frente a los cuentos feos de esa reforma, contados por Enrique Mayer. Según mi opinión se trata, deliberadamente, del relato personal de otros relatos. Mayer también se siente tocado por la reforma, por razones familiares y profesionales, y por su identificación con el país. Él, como otros antropólogos y científicos sociales de la época y de antes de la reforma, es también un personaje y no puede sustraerse al examen. Es analista; pero debe ser analizado y uno puede seguir sus sentimientos, agrados, asombros y malestares, nostalgias y angustias, a lo largo del texto. Su libro es una confesión colectiva; centra su enfoque en los relatos de las personas que la reforma afectó de distintas maneras. Pero es él quien elige y cuenta lo que otros cuentan.<br /><br />Cuentos feos de la reforma agraria. Desfilan Mallares, Cahuide, Túpac Amaru, Antapampa, como proyectos, creaciones humanas; Piura, Cusco, Junín, Andahuaylas como escenarios. Hablan los hacendados despojados, los administradores fracasados a pesar suyo, como el de Mallares, que hicieron lo posible por salvar la situación y fueron derrotados por la fuerza de las circunstancias; los gerentes como Max Gamarra de la SAIS Túpac Amaru, que resistieron hasta el final. Los líderes campesinos que dividieron las empresas: Esteban Puma, Germán Gutiérrez. Admitámoslo: es difícil encontrar espacio suficiente para que hablen todos, incluyendo a los autores de los diseños empresariales, aquellos que redactaron la ley, los funcionarios de la reforma agraria o del Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS), los líderes campesinos que estuvieron contra la parcelación; o quienes tuvieron que aceptarla contra su voluntad. Por eso tenemos, a través del texto, una imagen muy detallada de una parte del proceso, pero no de la totalidad. ¿Se puede pedir todo o, al menos, una visión integral? Como Mayer dice, está pendiente de hacer la historia completa.<br /><br />Digamos entonces, para empezar, que esta es una historia parcial. De alguna manera es un desfile de las imágenes que cada quien ha trazado de su adversario, a veces para justificar psicológicamente su propia conducta ante sí mismo y ante los demás.<br /><br />Como lo dice en su prólogo, Mayer trata de superar las abstracciones del estructuralismo y el marxismo y sale de cualquier pretensión de ciencia pura; pero, nuestra primera impresión es que las fuentes basadas en las personas no son menos dudosas que el cientificismo abstracto porque nos trasmiten subjetividades, sentimientos, heridas que son además demasiado recientes para haber sido procesadas por el tiempo. Nos encontramos entonces frente al problema de la parcialidad o imparcialidad, la pasión aún existente en quienes reprochan, olvidan o silencian.<br /><br />Y aquí surgen mis primeras preguntas. Pancho Guerra y Hugo Neira, uno es entrevistado y el otro es mencionado. Ambos estuvieron en el SINAMOS, venían de la universidad y del periodismo, pero también en cierta manera, de la política. Estuvieron en la institución más discutida y atacada de lo que llamábamos “el proceso”: el SINAMOS. Pero ¿por qué no Guillermo Figallo, Benjamín Samanez Concha o José Matos Mar? Los dos primeros fueron, uno en las afectaciones y expropiaciones y el otro en la parte legal, los hombres clave de la reforma. Matos Mar, que estuvo estrechamente vinculado al gobierno militar, fue el antropólogo que nos dio la imagen más cercana de lo que sucedía en el campo antes de la reforma. Samanez Concha o Figallo hubieran podido decir por qué y cómo se decidió. Betty Gonzales, la trabajadora de Huando. ¿Y por qué no Zósimo Torres, autor además de una excelente autocrítica de su rol en aquel tiempo, o Pablo Torres? Esteban Puma, de Anta. ¿Y por qué no Vladimiro Valer, activista estudiantil, primero organizador como muchos otros jóvenes cusqueños de los sindicatos campesinos y después constructor de la Federación Agraria Revolucionaria Túpac Amaru Cusco (FARTAC) desde el SINAMOS del Cusco; promotor de la mayor manifestación indígena que recuerde la historia cusqueña cuando millares de campesinos antes marginados y apartados, como el mismo Mayer cuenta, tomaron prácticamente la histórica plaza de armas el 4 de abril de 1974 para celebrar la fundación de la FARTAC? Por supuesto, Mayer tiene el legítimo derecho de elegir. Claro, ellos y otros habrían contado los cuentos lindos, o bellos, o complejos, o como se los llame. Probablemente habrían contado también los problemas, las deficiencias, las limitaciones históricas y los errores, la esperanza y la desesperanza de quienes participaron en el proceso, no de quienes se enfrentaron a él.<br /><br />Mi otra impresión es que el libro de Mayer también podría llamarse Cuentos feos de la contrarreforma agraria. Porque se refiere más a los tiempos posteriores a 1975, después de la caída de Velasco, después que el general fuera puesto contra la pared por el informe de las fuerzas armadas sobre la reforma agraria que en 1975 recogió todas las quejas de los expropiados, las hizo suyas y constituyó el primer paso para el golpe militar contrarrevolucionario de agosto de ese año. Porque lo que se conoce poco es la resistencia interna que los afectados por la reforma hicieron dentro del régimen, aprovechando sus estrechas vinculaciones con oficiales de las fuerzas armadas, desde el mismo comienzo, pero cada vez más, a medida que el proceso avanzaba y propiedades menores en la costa central y la sierra, eran afectadas. Esposas, familiares, amigos de altos y medianos oficiales de las tres armas tenían parientes o eran ellos mismos perjudicados. Una permanente tensión interna pasaba por el servicio de inteligencia y llegaba al mismo Consejo de Ministros donde Velasco, basado en las prolijas informaciones de la Dirección de Reforma Agraria a cargo de Samanez Concha, decidía a favor de los campesinos; y arriesgaba todos los días, en beneficio de ellos, el apoyo militar que tanto necesitaba. Debo decir que esos años me enseñaron a apreciar el coraje y la entereza de quienes defienden decisiones que tienen que ver con su entorno más cercano. Es distinto hacer oídos sordos a un pariente a hacer discursos en la plaza pública contra un abstracto enemigo de clase. Era el peso de la justicia que ganaba las voluntades de las gentes honestas de aquel tiempo, quienes querían de verdad un país más justo y mejor. Entre los cuentos lindos de la reforma agraria está la experiencia diaria de los militares de alta y baja graduación que, como Velasco, descubrieron su identificación con el pueblo. Y eso no sucedió solamente con el ejército. Tuvimos jóvenes que ayudaron, aliados al movimiento campesino, a la expropiación de los bienes de sus propias familias. O las personalidades como don Edgardo Seoane, quien entregó el fundo de la familia a la reforma agraria. No todo fue fracaso y desesperanza; fue también ilusión, utopía y cambio de actitud personal, sentirse recompensado solo por la bondad de la propia acción. Creo que fue la única vez en que se sintió que había un partir de aguas entre un pasado de abusos y un futuro que se quería fuese de justicia, en el mismo seno del poder.<br /><br />Pero, finalmente, el cerco se cerró y podemos decir que la reforma agraria había terminado el 29 de agosto de 1975; y que hasta hoy, en que ha empezado otro proceso de reconcentración de tierras, no tuvimos otra cosa que 34 años de contrarreforma agraria que borraron los seis de reforma inicial. La historia no ha terminado, ha vuelto a empezar.<br /><br />Uno podría aplicar un zoom que se acerca y se aleja de los acontecimientos. Si nos aproximamos tomamos el corto plazo, pero las causas y consecuencias históricas, los antecedentes que explican los acontecimientos y los efectos que permiten hacer el balance, se nos escapan. Si nos alejamos, perdemos los detalles que nos ayudan a entender la situación. Necesitamos ambas distancias. Mayer usa la lupa parcial del antropólogo, pero no el lente del sociólogo y menos el telescopio del historiador. No es su culpa. Lo que pasa es que el balance está pendiente.<br /><br />En el gran zoom de los siglos vemos desfilar sucesivamente los ayllus precolombinos, las reducciones coloniales, las composiciones de tierras, los decretos de Bolívar, vemos formarse las haciendas republicanas. Entonces así, a una distancia interplanetaria, la reforma agraria de 1969 marca la división entre dos etapas: la de la servidumbre y condición disminuida del indio en una etapa y la de la libertad, en la otra. Pero tenemos la obligación de decir que, aunque los poetas le canten y sea ella misma una bella palabra, la libertad nunca fue hermosa, tiene también sus cuentos feos. Los tuvo la manumisión de los esclavos y la abolición de la esclavitud; aquí y en todas partes, todas las revoluciones causaron destrucciones, retrocesos, estropicios y violencias inútiles que, frecuentemente, acabaron con los propios libertadores. Por supuesto que eso no nos justifica. Pero la libertad no es otra cosa que un desafío a decidir, no trae necesariamente ni bonanza ni bienestar y menos riqueza, sino nuevas obligaciones y tareas más complejas. Aquí la libertad de los siervos, pongos, yanaconas y comuneros produjo migrantes desarraigados, pobres urbanos, pequeños empresarios, minifundistas libres o agricultores angustiados. También produjo un nuevo tipo de miseria extrema y anómica que antes no teníamos. El régimen de hacienda ha desaparecido, pero ha sido reemplazado por otros regímenes de dominación. La lucha por la libertad nunca termina. Por eso algunas constituciones y entre ellas la peruana de 1979, dicen que la reforma agraria es un proceso permanente.<br /><br />Se trata de que el crecimiento de la población no es acompañado de un crecimiento de las tierras cultivables ni de las aguas disponibles. La tierra y el agua siguen siendo en el Perú bienes escasos. Y entonces, la única solución racional es la gran propiedad que acumule y distribuya no tierra sino beneficios. En manos de los hacendados, el trabajo gratuito semiesclavo y diversas formas de explotación, eran funcionales a un sistema que necesitaba costos bajos. Era el hacendado el que concentraba aunque no siempre acumulaba, sobre todo en el agro tradicional. Bajo la forma colectiva, son los trabajadores los que deben cooperar y administrar. Los costos aumentan con los derechos: la libertad y la justicia son caras. Por eso, esa fórmula, siendo racional y justa, no resultaba histórica a no ser que todo un conjunto de elementos sociales y culturales la acompañaran. Chocaba con los egoísmos humanos, la falta de educación, el retraso técnico. Los campesinos querían parcelar porque para ellos la justicia estaba en un pedazo de tierra. No tenían todavía idea de los bienes públicos como concepto y realidad sino apenas habían hecho la experiencia del trabajo comunal, inevitable para subsistir. Preferían la aparente seguridad del minifundio. Pero el minifundio asegura la pobreza. Los campesinos fueron héroes para los indigenistas y los izquierdistas en cuanto eran pobres y víctimas de la explotación. Pero eso no los convertía en buenos y solidarios. El hecho de ser pobres y explotados no los hacía necesariamente agentes de cambio, y eso se vio cuando solo en casos muy aislados pudieron trabajar colectivamente en nombre de un bien común. Tendieron a la división y eso podía prolongarse hasta el infinito, hasta la pulverización misma de la tierra. Detrás del fracaso de las fórmulas asociativas está el desencuentro entre los diseñadores idealistas, los funcionarios realistas y los campesinos desconfiados que necesitan y quieren lo prometido ahora, no para más tarde ni mañana.<br /><br />Y esto en relación con la tierra, esconde un problema fundamental que los peruanos como muchos otros asuntos, no nos atrevemos ni a mencionar. Si en el Perú el problema de la tierra no tiene solución a través de la creación de grandes empresas estatales o cooperativas, porque demandan un tipo de funcionarios, de trabajadores o de Estado que pueden existir en la teoría, pero es posible que nunca existan en la práctica, tampoco la distribución física es una solución porque nos lleva a la generalización de la pobreza y a la reconcentración de la propiedad para la reproducción de más abusos e injusticias. En realidad, aceptémoslo: es un absurdo que la tierra deba pertenecer a alguien que traza sus linderos excluyentes, sea la propiedad pequeña o grande, cuando la tierra no alcanza para todos. Como el agua y el aire, la tierra debería ser un bien público y pertenecer a todos los peruanos y peruanas en uso racional y profesional, técnicamente sustentado para quienes quieran vivir de ella y en ella. Debería ser dada en uso a quienes puedan usarla con justicia y eficiencia. Pero ese es otro cantar.<br /><br />En realidad, recurriendo al telescopio y dejando la lupa, estamos hablando de una sucesión de despojos. Primero, el gran despojo conquistador contra las poblaciones precolombinas. Luego, el despojo de los indios por los hacendados. La negación de los derechos de los campesinos eventuales por los estables. La corrosión de las cooperativas por sus propios socios. La parcelación. La reconcentración de los fundos medianos. Falta el proceso posterior: la reconcentración de la tierra por los exportadores y los bancos.<br /><br />De toda esa secuencia, la reforma agraria de Velasco es vista como un intento irreal de manejar colectivamente la tierra, que choca con los intereses pequeños pero concretos de los campesinos y perece cuando estos son liderados por la izquierda antivelasquista. El libro nos deja la amarga visión de gente que, al pretender combatir a la burocracia y el militarismo, entró con entusiasmo a destruir las cooperativas y las SAIS. Pero no tuvo ni ideas ni proyecto ni recursos suficientes para hacer frente a la caótica situación creada. Y abandonó a los campesinos a su suerte, luego de utilizarlos políticamente para su fugaz éxito electoral en la Constituyente. A eso siguió, para sorpresa de la izquierda, según dice García Sayán citado por Mayer, la desmovilización de las federaciones campesinas que habían sido organizadas al calor de la agitación. La moraleja es: los campesinos usaron a la izquierda para conseguir las fracciones de tierras que anhelaban con justicia; y después, le dieron la espalda. Y la izquierda usó a los campesinos para sus éxitos partidarios y electorales y después, los abandonó. Fue un matrimonio temporal y de conveniencia, no una alianza histórica. En Junín y Andahuaylas después vino Sendero. Y a la destrucción de las cooperativas siguió el asesinato selectivo de los dirigentes, promovidos como consecuencia de la reforma agraria, incluidos los alcaldes campesinos. En vez de abrir grandes proyectos comunes que utilizaran, en el buen sentido del término, el espacio abierto por Velasco para nuevas alternativas políticas democráticas, políticamente integradoras, el apoyo popular fue parcelado en beneficio del minifundismo político. Y así, mientras la gran propiedad de nuevo tipo (primero por la vía de proyectos empresariales capitalistas y luego bancaria, exportadora, para biocombustibles, soya, etc.) retornó al campo, así también, corroído el apoyo popular a los militares revolucionarios, no quedaba otra cosa que el retorno a la gran propiedad política de la derecha, vía la “democracia” excluyente de siempre.<br /><br />En realidad, una reforma agraria socialmente justa y técnicamente eficiente es un resultado de la conciencia colectiva, del respeto por los bienes públicos y de la concreción de la ciudadanía. La idea de la existencia de los bienes públicos, cuya necesidad no es entendida aún hoy, pero de la que depende cualquier proyecto democrático. Si no, el país depende de un precario balance de egoísmos e intereses en los cuales predominan siempre los más poderosos o los más avezados.<br /><br />Una antropología progresista, pero dominada por los criterios, las categorías y los métodos de Cornell; una sociología estructuralista y parsoniana; una economía cepalina puramente estatista cuando no conservadora; unos ingenieros educados para administrar haciendas pero no empresas asociativas; unos campesinos que habían luchado contra el gamonalismo pero anhelaban solo tierra. Y una izquierda presa de distintas formas de resentimiento y egoísmo, no eran los agentes sociales más adecuados para producir el tipo de reforma justa en derechos, eficiente en rentabilidad que todos hubiéramos querido, cuando vemos las cosas desde hoy. La autogestión, la sociedad civil, los derechos humanos, la ciudadanía, la democracia directa eran todavía ideas iniciales. Se requiere ubicar aquellos hechos en su contexto. Algo que hemos aprendido también en los últimos años es que los procesos sociales se dan a la manera de su tiempo y hay que juzgarlos en esa medida.<br /><br />Un nuevo esquema de propiedad, tenencia y producción deberá gestarse en el futuro como resultado de fuertes tensiones, pulseos de poder y enfrentamientos. Pero ahora ya no son poderosos gamonales enfrentados con indefensos campesinos. Los poderes populares de diversos tipos siguen creciendo y planteando nuevos desafíos. Ahora están enfrentándose a los nuevos conquistadores transnacionales, exigiendo negociar con los ministros, paralizando las ciudades y cortando las carreteras. La realidad ha cambiado. La reforma agraria ha fortalecido al campesinado, dice Mayer, cuando se pensaba que desaparecería. Ahí están sus hijos y sus nietos. Desde luego, probablemente el nuevo país que surge no guste a idealistas y utópicos como nosotros. Pero es y será distinto.<br /><br />Y ahora algunas amables anotaciones finales.<br /><br />Me permito discrepar con Enrique Mayer en parte de sus conclusiones cuando dice:<br /><br />Lamentablemente la utopía tecnocrática de Velasco fue anodina, mal definida y desabrida. En la acción se alimentó más de la venganza y el odio que en la construcción de un mañana de solidaridad (…). Los lugartenientes de Velasco solo ejecutaron planes fríos sin contenido emocional o sin una imaginativa visión de las cosas que están por venir. Del mismo modo, el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, nunca esbozó cómo sería su “estado de una nueva democracia”. Ambas fueron revoluciones sin humor, ambas se alimentaron de odio y ambos definieron enemigos de clase (Pág. 330).<br /><br />Por lo menos para mí, sobran comentarios.<br /><br /><br />Segunda observación. Ese otro exilado brasileño, un amigable matemático cuyo trabajo, me dijeron, era construir un modelo matemático de la revolución peruana (pág.71) era probablemente Oscar Varsavsky, físico y científico argentino, gran latinoamericano, que formuló algunos de los primeros modelos matemáticos aplicados desde las ciencias sociales a los procesos de cambio.<br /><br /><br />Y la observación final. El autor del calificativo ogro filantrópico (pág. 330) refiriéndose al Estado, no es Julio Cotler sino Octavio Paz. Octavio Paz llamaba al Estado mexicano "el ogro filantrópico". Es el título de su libro escrito en 1979 y editado por Seix Barral.<br /><br />En resumen, un libro complejo. Una contribución a la comprensión de la reforma agraria. Necesariamente parcial. Parte de un gran balance que todavía está pendiente. ¿Lo tendremos alguna vez?<br /></span><br /><span style="color:#990000;">----------------------------------------------------<br />* Candidato al doctorado en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Investigador social del Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación (CEDEP). Director de la Revista Socialismo y Participación. Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Este texto es una adaptación de la presentación del libro, realizada el 24 de julio del 2009 en La Feria Internacional del Libro de Lima (FIL).<br /></span><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente: Revista Argumentos. </span></strong>IEP Año 3, N°5, noviembre 2009.<br /><br /><strong><span style="color:#990000;">Recomendados:<br /></span></strong><br /><a href="http://www.iep.org.pe/noticia/0315/entrevista-a-enrique-mayer-sobre-la-mas-reciente-publicacion-del-iep-y-cepes-cuentos-feos-de-la-reforma-agraria/">Entrevista a Enrique Mayer sobre la más reciente publicación del IEP y CEPES “Cuentos feos de la reforma agraria” </a><br /><br /><a href="http://clioperu.blogspot.com/2009/09/historia-de-la-reforma-agraria-peruana_01.html">Entrevista al antropólogo peruano Enrique Mayer, profesor de la Universidad de Yale y experto en economía rural. </a></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-54904119154590765882010-02-24T09:55:00.000-08:002010-02-24T10:06:59.064-08:00"Cambio de Palabras", libro de entrevistas de César Hildebrandt.<div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4VorTcEzFI/AAAAAAAAAe0/SzxUhlGNWnk/s1600-h/Libro+Cambio+de+Palabras+de+C%C3%A9sar+Hildebrandt.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 217px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441870817908804690" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4VorTcEzFI/AAAAAAAAAe0/SzxUhlGNWnk/s320/Libro+Cambio+de+Palabras+de+C%C3%A9sar+Hildebrandt.jpg" /></a> <span style="font-size:180%;color:#990000;"><strong><em>Palabras de anoche</em></strong> (*)</span><br /><br /><strong><em>César Hildebrandt</em></strong> (Periodista)<br /><br /><span style="color:#000099;">Después de escuchar a César Lévano y a Pedro Salinas, lo mejor sería que hiciera lo que a Hugo Chávez no le dio la gana de hacer ante la exigencia borbónica del rey Juan Carlos. Pero los organizadores de esta presentación me demandarán si no digo algo.<br /><br />Así que empezaré diciendo que agradezco a Tierra Nueva Editores, una editorial loretana, haber recordado que existía un libro llamado “Cambio de Palabras”, un libro agotado al punto de circular en fotocopias, un libro de entrevistas que hoy conoce esta segunda y aumentada edición, la que incorpora entrevistas que debieron de estar en la primera versión y alguna que otra realizada después de esa primera publicación.<br /><br />Entre las novedades de esta edición están las entrevistas a Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Manuel Scorza y Javier Valle Riestra. Y los editores han incluido, por su cuenta y riesgo, una entrevista que me hiciera Reynaldo Naranjo para sus “Talleres de Comunicación”, una entrevista que tomó la forma de un monólogo predicador al que Naranjo y José María Salcedo titularon, a mis espaldas, “El estilo Hildebrandt”, sea lo que fuere lo que esa frase quiera decir.<br /><br />Ahora, déjenme decir algo sobre las entrevistas, que es el tema que nos reúne esta noche.<br /><br />La entrevista consiste en hacer que el otro diga lo que no debió decir.<br /><br />O en hacer que recuerde lo que no está dispuesto a recordar por placer.<br /><br />O en empujar al otro a una respuesta que contradiga una tesis anterior sostenida por la víctima en una revista que tuvimos que rebuscar.<br /><br />De tal modo que la entrevista es, como habrán visto, un pariente pobre del sadismo, un sustituto pálido del poder y un premio consuelo de la autoridad.<br /><br />Algo o mucho debo de tener, por lo tanto, de sádico, de amante del poder y de autoritario. Y si los que me quieren no me creen, pregúntenle a quienes no me quieren y ya verán.<br /><br />Y, sin embargo, las entrevistas que más me gustó hacer fueron aquellas que hice con el fervor de un cómplice. Es decir, aquellas donde nada tuve de sádico ni de amante del poder ni de autoritario.<br /><br />Y veo que, de alguna manera, todas esas entrevistas entrañables tuvieron que ver con la literatura, el viejo amor al que le puse cuernos desde el primer día en que pisé una redacción.<br /><br />Cuando era un lector maniaco, cuando era un adolescente maniaco leyendo diez horas diarias, siempre me soñé escribiendo en un garaje lleno de gatos y puchos de cigarrillo.<br /><br />La vida me quiso, más bien, en una casa sin gatos pero con perros y con los puchos de cigarrillo de Rebeca. Porque es cierto que el hombre propone y los puchos son los que disponen.<br /><br />Esas entrevistas beligerantes se cotizaron siempre más alto que las amables. Pero yo, en secreto, prefería las amables.<br /><br />Y las prefería porque en ellas no se perseguía encontrar la verdad, ni descifrar un pasado, ni mapear el zigzag de una vida ni bucear en la historia de un partido o de una época.<br /><br />En ellas no se perseguía nada sino que lo que se quería era tocar a dúo alguna improvisación, tocar al alimón alguna melodía que el tiempo haría irrepetible.<br /><br />Con Juan Gonzalo Rose, el adagio más ronco; con Borges, el allegro de su cinismo; con Bryce, alguna opereta de Offenbach.<br /><br />En esta edición depurada han sido suprimidas algunas entrevistas duplicadas y otras a las que los años habían cubierto de maleza.<br /><br />Quedan, pues, en lo que a política se refiere, los testimonios de quienes encarnaron y encauzaron la política peruana del siglo XX.<br /><br />Allí está Haya de la Torre, de quien recuerdo su casa mucho más pobre que rica, su persistencia en el error, sus brillos de interlocutor impaciente, y sus perros chuscos (sin alusiones contemporáneas) al cuidado de Jorge Idiáquez.<br /><br />Allí está don Jorge del Prado, a quien jamás pude imaginar juvenil y desde cuya voz cascada salían eslóganes y grandiosos mitos que a mí me sonaban a juicios de Moscú.<br /><br />Allí está Fernando Belaunde Terry, quien jamás me volvió a hablar después de esa entrevista, que consideró insolente e impropia.<br /><br />Pero están también el entrañable y dignísimo Andrés Townsend Ezcurra, Héctor Cornejo Chávez, Pedro Beltrán Espantoso, Armando Villanueva, Hugo Blanco, Luis Alberto Sánchez, Pablo Macera, Luis Bedoya Reyes, Enrique Chirinos Soto, Julio Cotler, Leonidas Rodríguez Figueroa o Alfonso Barrantes Lingán.<br /><br />También está en estas páginas, retratado para la posteridad que tanto amó, don Luis Miró Quesada de la Guerra, el fundador de “El Comercio” moderno y el hombre que guió al periódico a luchar en contra de la International Petroleum Company -sucesora de la Standard Oil Company, propiedad de los Rockefeller-, y a enfrentarse a la derecha fisiocrática que encarnaban “La Prensa” y sus mentores.<br /><br />Después de leer esta lista de personajes entrevistados, nadie puede negar que lo que aquí se presenta es más que un libro. “Cambio de Palabras, segunda edición”, es, casi en su totalidad, un cementerio, un panteón de próceres, una sesión de espiritismo.<br /><br />Es una lástima que estos muertos ilustres hayan muerto de modo tan intestado. De la izquierda de Barrantes, que estuvo a punto de llegar al poder, quedan sólo deberes que cumplir (y que espero que nadie quiera cumplir hasta el último cartucho).<br /><br />De don Fernando Belaunde quedó una sigla, un hijo liberal, varios sobrinos, pero ningún partido. De ese prodigio de parlamentario y polemista que fue Héctor Cornejo Chávez sólo queda el reconocimiento perecedero de quienes lo escucharon. Y no quiero decir qué ha quedado de don Pablo Macera porque de eso se encargarán los años y ojalá que la compasión.<br /><br />De los entrevistados en este libro-mausoleo, el único muerto intestado que dejó un partido y varias ferocidades en disputa, fue Haya de la Torre. Hoy, tras la muerte o la jubilación de los primeros combatientes, el albacea de Haya ha vendido las joyas de la abuela, la caja de laca japonesa, lo poco de antiimperialismo que quedaba, Collique y el Pentagonito, y gobierna con los hijos y nietos de quienes acusaron a su líder de narcotraficante y terrorista.<br /><br />Alguien puede preguntarse por qué no hay una entrevista al doctor Alan García en este libro.<br /><br />La respuesta es sencilla: porque el doctor García sólo concede entrevistas a quienes invita a Palacio para tomar el té.<br /><br />Además, hay razones de otra índole. Los discursos del doctor García son tan variados y encontrados, tan contradictorios y simultáneos, que hacerle una entrevista sería una hazaña comparable a la de tirarle un dardo inmovilizador a un puma en acción.<br /><br />Porque, ¿a qué García entrevistaría un periodista independiente que no fuese a Palacio a recordarle lo buenmozo e inteligente que es?<br /><br />¿Entrevistaría al García proletario, al García-amigo-de-Pepe-Graña, al García de la CADE o al anpitucos, al que no cree en el Estado o al que inyecta diez mil millones de soles estatales en la economía, al García electoral del cambio o al García cambiado de la Presidencia?<br /><br />De modo que este libro no ha incluido una entrevista al doctor García. Están, más bien, todos los que pueden explicar el porqué estamos como estamos y el porqué estos lodos vienen de esas polvaredas.<br /><br />Por último, quiero referirme al silencio con el que este libro ha sido y será recibido. Con excepción de la revista “Caretas”, donde nacieron estas entrevistas, y de “La Primera”, que dirige don César Lévano –un especialista en el Mariátegui que todos apreciamos-, todas las demás coleguerías se han callado y habrán de callarse.<br /><br />Quiero decir, con toda honestidad, que a lo largo de estos años he hecho todo lo posible por ganarme esos silencios.<br /><br />Es más: soy autor de ese silencio. He construido a pulso ese silencio. Y, de algún modo, me enorgullece ese silencio que siento más estruendoso y más reconfortante que cualquier aplauso.<br /><br />Muchas gracias.<br /></span><br /><span style="color:#990000;">-------------------------------------------------------<br /><br />(*) Palabras dichas anoche en la presentación de la segunda edición, corregida y aumentada, de “Cambio de Palabras”. Los comentarios estuvieron a cargo de César Lévano, cuya generosidad intelectual jamás podré agradecer debidamente, y de Pedro Salinas, uno de los pocos periodistas y escritores que admiten que la amistad y el mutuo respeto pueden sobrevivir a las diferencias.</span></div><div align="justify"><span style="color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="justify"><span style="color:#990000;"><strong>Fuente: Diario La Primera.</strong> </span><span style="color:#000000;">12 de Diciembre del 2008.</span></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4619340209501746726.post-17223040486144594212010-02-24T09:39:00.001-08:002010-02-24T09:48:07.428-08:00¡Usted fue aprista! Bases para una historia crítica del Apra.<div align="justify"><a href="http://2.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4VkhAA2s6I/AAAAAAAAAes/XMZo5cxDO1A/s1600-h/%E2%80%9C%C2%A1Usted+fue+aprista!%E2%80%9D+Bases+para+una+historia+cr%C3%ADtica+del+APRA..jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 226px; DISPLAY: block; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441866242849158050" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_5D0OxlcDE88/S4VkhAA2s6I/AAAAAAAAAes/XMZo5cxDO1A/s320/%E2%80%9C%C2%A1Usted+fue+aprista!%E2%80%9D+Bases+para+una+historia+cr%C3%ADtica+del+APRA..jpg" /></a><strong><span style="font-size:180%;color:#990000;"> Historia de una involución</span></strong><br /><br />Por <strong><em>Sinesio López Jiménez</em></strong> (Sociólogo)<br /><br /><span style="color:#000099;">En la vida larga y compleja del Apra, el libro de Nelson Manrique (¡Ud. fue aprista! Bases para una historia crítica del Apra, Fondo Editorial de la PUCP, 2009) llena un vacío en el campo del conocimiento histórico y político. Se han escrito muchos libros sobre diversos aspectos del Apra, pero faltaba uno sobre su trayectoria (1930-1979). Para analizarla Manrique se mueve entre la historia y la sociología histórica comparada, combinación que le permite vincular los actores y los acontecimientos con las clases sociales y con los procesos y las estructuras de mediana duración en diversas etapas de la historia peruana. El libro presenta un análisis muy fino de las complicadas y a veces conflictivas relaciones de Haya con el estado mayor del Apra (especialmente con Sánchez y Seoane) y con los militantes en lucha política abierta con la oligarquía y el Ejército (aliados del imperialismo en la primera etapa).<br /><br />Esta lucha se libró en tres etapas claramente diferenciadas: la gran confrontación (1930-1956), la alianza con la oligarquía (1956-1968) y la revolución militar de Velasco (1968-1979). En las tres etapas Haya y el Apra utilizaron programas y estrategias políticas relativamente diferenciadas. En la primera etapa, Haya desplegó un programa revolucionario antiimperialista y una estrategia que se movía entre el juego electoral, la insurrección y el golpe y en algunas coyunturas apeló a las tres cosas al mismo tiempo. La oligarquía y el Ejército, en cambio, jugaron siempre al golpe y, cuando se abrieron a los procesos electorales, excluyeron a la mayoría de la población, al Apra y al comunismo. Esta es la etapa de las involuciones precoces y de las ambigüedades tempranas de Haya. Sin cambios profundos en la situación, pasó de la revolución a la involución.<br /><br />En la segunda etapa, Haya pudo replantear las reformas antioligárquicas dentro de cauces democráticos, pero se asustó ante el desafío, retrocedió y se comprometió con la oligarquía dando lugar a la Convivencia (1956) y a la Coalición con Odría (1963). El clima político era, sin embargo, propicio para realizar profundos cambios antioligárquicos: el gamonalismo estaba al borde del colapso, la oligarquía estaba aislada, el Ejército y la Iglesia apostaron a las reformas antioligárquicas, los nuevos partidos (AP, DC y MSP) planteaban cambios profundos y los movimientos campesinos, proletarios y de clases medias presionaban en la misma dirección.<br /><br />En la tercera etapa, los militares hicieron lo que el Apra pensó y fue incapaz de realizar. Los apristas se limitaron a reivindicar la autoría programática de las reformas y a exigir una salida democrática. Las reformas radicales del velasquismo acabaron con la oligarquía y el gamonalismo pero dejaron intacto “el terreno de las subjetividades”: la cultura (el racismo, pese al bilingüismo que postuló), la política (hibernación de los partidos, desmovilización social, inefectividad legal e ineficacia burocrática del Estado). Sólo un movimiento catártico de masas hubiera resuelto este problema.<br /><br />A cada una de estas etapas corresponden contextos estructurales específicos. La primera se encuadró en un país agrominero exportador (rural, incomunicado, con limitada movilización mesocrática y proletaria, sin ciudadanía, sin sociedad civil y con un Estado meramente coercitivo); la segunda, en un país en proceso de industrialización, con crecientes protestas sociales y con una vasta movilización social (urbanización, boom educativo, difusión creciente de los medios, migraciones intensas, extensión de la ciudadanía, etc.); la tercera, de emergencia de los primeros desequilibrios de la ISI, de crisis y fragmentación de los partidos, etc. El libro de Manrique es la historia de una involución que los apristas niegan, los izquierdistas critican y los derechistas celebran. Es un libro polémico que será valorado de diversa manera.<br /></span><br /><strong><span style="color:#990000;">Fuente: Diario La República.</span></strong> Viernes 04 de diciembre del 2009.</div><div align="justify"></div><div align="justify"><strong><span style="color:#990000;"></span></strong></div><div align="justify"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="justify"><strong><span style="color:#990000;">Recomendado:</span></strong></div><div align="justify"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><a href="http://clioperu.blogspot.com/2010/02/resumen-del-debate-sobre-el-libro-de.html">Debate sobre el libro ¡Usted fue aprista! de Nelson Manrique.</a></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="color:#ffffff;">.</span></div><div align="justify"><a href="http://www.la-tribuna.org/portadas/port-pdf/177_2.pdf">Artículo de Agustín Haya de la Torre.</a></div><div align="justify"></div>Eddy Romero Mezahttp://www.blogger.com/profile/00504014181435298948noreply@blogger.com0