“Estudiar a Mariátegui fue un viaje interno y externo”
Acaba de publicar “El itinerario y la brújula”, una renovada lectura sobre la figura y la obra del intelectual peruano. Un trabajo suyo obtuvo el primer premio en un importante concurso.
Por:
Eva Rodríguez
Fernanda Beigel (33) acaba de publicar “El itinerario y la brújula”, una original mirada sobre la trayectoria del intelectual peruano José Carlos Mariátegui. En esta investigación -que la socióloga realizara como tesis doctoral- el autor de “Siete ensayos para la interpretación de la realidad peruana” es colocado en el ámbito de las vanguardias estético-políticas de los años ’20. En esa particular coyuntura histórica, su proyecto teórico-político es analizado a la luz del arte y la política.
Pese a su corta edad, Beigel ha transitado una prolífica carrera en el campo de las ciencias sociales. Además de contar con varios libros publicados, es investigadora del Cricyt (Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y dirige un posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Hace pocos días fue distinguida con el Primer Premio (categoría Semisénior) en el Concurso de Ensayos "Los legados teóricos de las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe", organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). Su trabajo “Vida, muerte y resurrección de las Teorías de la Dependencia” fue evaluado por un prestigioso jurado y resultó primero entre otros 24. Ahora se publicará y distribuirá en toda América Latina.
-La investigación que llevaste adelante en tu libro implicó que viajaras a varios países en busca de documentación, ¿cómo fue esa experiencia?
-La experiencia de investigación de la trayectoria de Mariátegui fue, para mí, un verdadero viaje, externo e interno. Para seguir los pasos de la red editorialista que el peruano había construido durante los años veinte, me propuse consultar el Archivo Mariátegui de Lima y todas las publicaciones periódicas peruanas, de provincias y de la capital, con las que su célebre revista Amauta -publicada entre 1926 y 1930- se vinculó. Viajé a Perú dos veces, en 1996 y 1997, para trabajar en el archivo familiar y en las hemerotecas de Lima. En 1998 presenté un proyecto en el Centro Studi "Piero Gobetti" y el Instituto Gramsci di Roma, para hacer una residencia doctoral en Turín y desentrañar las relaciones entre Mariátegui y Gramsci, más precisamente con L'Ordine Nuovo (Primera Serie, 1919-1921), que fue su única vinculación con el dirigente italiano a comienzos de la década del veinte. Dicha residencia incorporó tres ciudades más: Florencia, Roma y Siena, en las que pude consultar archivos y hemerotecas muy valiosas que me permitieron reconstruir los lazos de Mariátegui con el periodismo y el editorialismo europeo de la época. Además, viajé a Madrid para investigar las relaciones de una revista juvenil dirigida por Mariátegui, Nuestra Época (1918), con la célebre revista España (1915-1924), de Ortega y Gasset y Luis Araquistain.
“También fue un viaje interior, porque la vida y la obra de Mariátegui constituyen una verdadera "agonía", como alguna vez dijo Alberto Flores Galindo. Leer a Mariátegui implica contactarse con un intelectual militante que padeció tremendos sufrimientos físicos (a los 30 años tuvieron que amputarle una pierna), y que desde su silla de ruedas reflexionó profundamente sobre su realidad.
“Murió a los 36 años (en abril de 1930) y dejó una obra monumental, que recién en los años ochenta comenzó a ser recuperada de las acusaciones maniqueístas que lo atacaron, por izquierda y por derecha.”
-¿Cómo surge en vos la idea de estudiar a Mariátegui a la luz del contexto de las vanguardias estético-políticas?
-En realidad fue Arturo Andrés Roig quien me presentó a Mariátegui, de una manera que sólo él puede hacerlo: trayendo a nuestra reunión de trabajo la edición facsímil de la revista Amauta, que había comprado en Lima para la biblioteca del Cricyt. Fue a mediados de 1993 y estábamos discutiendo un proyecto para presentarme como becaria del Conicet bajo su dirección.
“Ingresar a Mariátegui a través de esa revista fue, sin lugar a dudas, la llave de la puerta que me llevó a ocuparme de su proyecto estético-político, porque Amauta fue un punto neurálgico del vanguardismo peruano y continental.”
-¿De que modo se articulan en la obra de Mariátegui el cruce entre arte y política?
-Bueno, si bien existe un pensamiento estético-político que yo he intentado reconstruir en mi investigación doctoral, fundamentalmente se articulan en su praxis. Mariátegui creó su primera editorial en 1924 y las agencias de Amauta empezaron a proliferar por América Latina desde 1926. Para ese entonces, la revista era expresión de un proyecto colectivo que al poco tiempo se acompañaría de un periódico, Labor, y de una organización política, el Partido Socialista Peruano. Todos estos emprendimientos coincidían en señalar que el único camino para cambiar la mirada estética que los vanguardistas pretendían revolucionar se alojaba en una transformación social de mayor envergadura, alimentada por los vientos de la Revolución Rusa, la Revolución Mexicana y la Reforma Universitaria. El indigenismo revolucionario resumía, para Mariátegui, las aspiraciones culturales y políticas de su proyecto.
-¿En que reside la importancia del pensamiento de este autor en la actual realidad latinoamericana?
-Mariátegui constituye un hito, tanto en la historia cultural del continente, como en la tradición política libertaria. Su programa indigenista es discutido al interior del movimiento zapatista mexicano y a nivel académico, dentro de los estudios étnicos.
“Su trayectoria ha resultado recientemente de mayor interés a la luz del balance de la caída del Muro de Berlín, pues se trató de un marxista muy alejado del tronco stalinista y más bien ligado a un socialismo creativo, enraizado en un proyecto nacional.”
-Acabas de obtener el Primer Premio en un concurso organizado por Clacso, ¿por qué no nos contás de qué se trata este trabajo?
-Sí, se trata de un ensayo sobre las teorías de la dependencia de los años sesenta y setenta, que expresa mis investigaciones de los últimos años. El estudio del vanguardismo estético-político señaló un conjunto de hilos conductores de la cultura latinoamericana que atraviesan todo el siglo XX: uno de ellos tiene que ver con las relaciones entre dependencia e identidad nacional.
“Las teorías de la dependencia constituyen uno de los más importantes legados de las Ciencias Sociales de la región y su surgimiento es uno de los momentos de mayor expansión del campo intelectual latinoamericano. Por eso me pareció que valía la pena volver sobre ellas y revisar si la categoría de "dependencia" podía constituir, todavía hoy, una herramienta analítica para explicar nuestra realidad.
“Lo primero que considero en este balance es que no hubo ‘una’ teoría de la dependencia, sino que existieron numerosas corrientes e investigaciones que abordaron las relaciones de dominación entre nuestras naciones y los países capitalistas centrales; y que una profunda revisión de todas ellas devela una rica y heterogénea tradición teórica más pertinente que nunca para el examen de nuestra posición periférica en las actuales circunstancias.
“En el ensayo de Clacso desarrollo históricamente esta categoría determinando aquellos elementos que pueden apuntar a su renovación crítica e intento explicar por qué la cuestión de la dependencia desapareció de la agenda política durante los noventa y cómo reaparece hoy, a partir de la crisis terminal de las recetas neoliberales y el recrudecimiento de la hegemonía mundial norteamericana. Por eso titulé al ensayo: ‘Vida, muerte y resurrección de las teorías de la dependencia’.”
Itinerario
Fernanda Beigel nació en Buenos Aires en 1970.
En 1989 ingresó a la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNCuyo) y se graduó con Medalla de Oro.
Forma parte del equipo de Historia de las Ideas Latinoamericanas, coordinado por el Dr. Arturo Andrés Roig, en el Incihusa-Cricyt.
Desde 1999 es miembro del Consejo de Árbitros Internacionales de la publicación venezolana Utopía y Praxis Latinoamericana. Revista Internacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social (Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela).
Ha obtenido seis becas de formación en la investigación científica y ha realizado siete viajes de perfeccionamiento a distintos países.
Ha publicado cuatro libros y numerosos artículos.
En agosto de 2001 defendió su Tesis Doctoral en la Carrera de Doctorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNCuyo).
En mayo de 2003 recibió el Premio “Bernardo Houssay” en la categoría Investigador Joven, disciplina: Sociología y Demografía. Ese mismo año fue becada para participar del VI Fábrica de Idéias organizado por el Centro de Estudos Afro Orientais (Universidade Federal da Bahia, Brasil) y patrocinado por Sephis (Amsterdam, Holanda).
Actualmente se desempeña como coordinadora académica de la Carrera de Doctorado Personalizado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo y es investigadora del Conicet.
Recientemente acaba de ser ganadora en un concurso de ensayos organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). El tema de la competencia fue "Los legados teóricos de las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe". Su trabajo se titula: “Vida, muerte y resurrección de las Teorías de la Dependencia".
Fuente: Los Andes (Argentina).